El Chapo se enfrenta a cadena perpetua por narcotráfico

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Es potencialmente el juicio de más alto riesgo que se celebra Nueva York desde el proceso contra los arquitectos del primer atentado contra el World Trade Center en 1993. El narcotraficante mexicano Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo, escuchará este martes en el tribunal federal de Brooklyn los alegatos iniciales por el que se le acusa de haber liderado una trama criminal que permitió al cártel de Sinaloa introducir 155 toneladas de droga en Estados Unidos.

Guzmán, de 61 años, ya se declaró no culpable de los cargos que se presentaron tras ser extraditado en enero de 2017. Será, por tanto, la oportunidad también para que el equipo de la defensa presente ante la sala presidida por el juez Brian Cogan los primeros argumentos para cuestionar la estrategia de la fiscalía. Es solo el inicio de un proceso rodeado de una atención extraordinaria, que se espera dure entre tres y cuatro meses por su dimensión y complejidad.

Los abogados de El Chapo pidieron al juez que le permitiera abrazar brevemente a su esposa, la ex modelo Emma Coronel, antes de las deliberaciones. El magistrado se lo negó aunque admitió que la conducta del reo había sido ejemplar durante todo este tiempo pese a la presión. Guzmán está recluido en una de las prisiones más seguras del país, en régimen de aislamiento total.

El equipo de la defensa está liderado por Eduardo Balarezo, que junto a William Purpura representaron en el pasado al narco Alfredo Beltrán Leyva. Se les acaba de sumar Jeffrey Lichtman, conocido por lograr que se declarara nulo el juicio contra John A. Gotti, hijo del capo de los Gambino. En las vistas previas, insistieron en que el narcotraficante es en realidad un subordinado. De esta manera, tratarían de confundir al jurado sobre la acusación principal, penada con cadena perpetua.

La clave de la fiscalía está en los 16 testigos que quiere llevar al estrado para declarar contra Joaquín Guzmán. Los nombres se mantienen en secreto para garantizar su protección. Se especula con que entre ellos se encuentran Pedro y Margarito Flores, dos hermanos que dirigieron durante una década la distribución de cocaína desde Chicago. Cumplen 14 años de condena cada uno. No se les vio en público desde la sentencia, en 2015.

También se cita como posible testigo a Vicente Zambada Niebla, quien fuera su lugarteniente. La semana pasada se declaró culpable ante un tribunal de Chicago, como también hiciera hace un par de meses Víctor Manuel Félix Félix, consuegro de El Chapo y principal operador financiero del cártel de Sinaloa. Recientemente fue extraditado Dámaso López Núñez, conocido como el Licenciado.

Medidas excepcionales

Las autoridades estadounidenses han tomado medidas excepcionales para proteger a estos potenciales cooperantes, que están aislados en los centros penitenciarios donde se encuentran recluidos para evitar cualquier tipo de incidente que ponga en riesgo testimonios que pueden ser muy valiosos durante el proceso. El pacto de culpabilidad suele incluir también que se facilite seguridad a sus familias.

También se ha llevado a cabo un esfuerzo sin precedentes para proteger a los 12 miembros del jurado y los seis suplentes seleccionados la semana pasada. El nombre de todos ellos se mantiene en secreto. Cada vez que se desplacen a la corte serán escoltados por guardias armados. El acusado se quedará en Brooklyn durante los días que haya audiencias para evitar trastornos en el tráfico por la comitiva que le traslada desde la cárcel de Manhattan.

La defensa podría utilizar también como argumento durante el juicio que las estrictas condiciones de confinamiento le están causando a El Chapo un daño físico y mental. Eso, como indicaron durante las vistas previas, les impidió hasta ahora asistir convenientemente a su cliente. El único contacto directo que tuvo desde su extradición fue el personal que le custodia en la prisión y sus abogados ante la corte.

La fiscalía ha entregado más de 300.000 documentos para apoyar las evidencias que presentará durante el juicio. Hay cientos de grabaciones y cerca de 140.000 comunicaciones interceptadas durante las dos décadas de investigación del cártel de Sinaloa, que sigue siendo uno de los más importantes y violentos de México, conocido por asesinar, torturar y secuestrar a cualquiera que representa una amenaza.