Un diminuto insecto sorprendió a los científicos al demostrar que puede ralentizar su propio envejecimiento biológico.
Se trata de la avispa joya, cuyo nombre científico es Nasonia vitripennis. Puede prolongar su vida adulta y desacelerar el ritmo de su envejecimiento molecular al entrar en una pausa de desarrollo durante su etapa larval.
Este hallazgo fue publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos.
Abre nuevas perspectivas sobre cómo el entorno puede influir en los procesos biológicos fundamentales y plantea interrogantes sobre la posibilidad de aplicar mecanismos similares en otros organismos.
La avispa joya y el envejecimiento biológico

El estudio se centró en la especie avispa joya, reconocible por su aspecto metálico.
Los investigadores, entre quienes se encuentran la estudiante de doctorado Erin Foley, el doctor Christian Thomas, el profesor Charalambos Kyriacou y el profesor Eamonn Mallon, diseñaron un experimento en el que expusieron a las madres de estas avispas a condiciones de frío y oscuridad.
Esta intervención indujo en las crías un estado natural de pausa en el desarrollo, denominado diapausa, comparable a una hibernación.
La “diapausa” permitió que las larvas suspendieran temporalmente su crecimiento, lo que resultó en beneficios notables una vez que alcanzaron la adultez.

Los resultados obtenidos revelaron que las avispas que atravesaron la diapausa vivieron más de un tercio más que aquellas que no experimentaron esta pausa.
Además, el envejecimiento molecular, medido a través del llamado “reloj epigenético”, se ralentizó en un 29% en estos ejemplares.
El reloj epigenético es una herramienta que permite cuantificar el envejecimiento biológico mediante el seguimiento de cambios químicos duraderos en el ADN, específicamente en la metilación del ADN.
Estos marcadores epigenéticos se acumulan con la edad y reflejan el ritmo al que envejece un organismo.
Implicaciones del hallazgo

La relevancia de este hallazgo radica en que la diapausa no solo extendió la vida de las avispas, sino que también desaceleró su envejecimiento a nivel molecular, incluso después de que el desarrollo se reanudó.
El estudio identificó que este efecto se relaciona con modificaciones en rutas biológicas clave, como las implicadas en la detección de insulina y nutrientes, que también son objeto de investigación en intervenciones antienvejecimiento en humanos.
Según los autores del estudio, la investigación sugiere que el entorno puede modular el envejecimiento desde etapas tempranas de la vida, y que los efectos de esas intervenciones pueden perdurar más allá del periodo de pausa.

El profesor Mallon comentó: “Es como si las avispas que hicieron una pausa al principio de la vida regresaran con tiempo extra en el banco”.
También señaló que “demuestra que el envejecimiento no está escrito en piedra, puede ralentizarse por el entorno, incluso antes de que comience la adultez”.
Consideró que el estudio “abre nuevas vías de investigación, no solo en la biología de las avispas, sino en la posibilidad de diseñar intervenciones para desacelerar el envejecimiento en su raíz molecular”.
Un modelo para el estudio del envejecimiento

La avispa joya se ha consolidado como un modelo de referencia en el estudio del envejecimiento debido a que, a diferencia de muchos otros invertebrados, posee un sistema de metilación del ADN funcional, similar al de los humanos.
También posee un ciclo de vida corto que facilita la observación de los efectos de las intervenciones. Estas características la convierten en un organismo idóneo para investigar cómo los factores ambientales y genéticos pueden influir en la longevidad y el envejecimiento biológico.
Los investigadores esperan que sus resultados impulsen nuevas investigaciones sobre la posibilidad de modular el envejecimiento en otros organismos, incluyendo potencialmente a los humanos.
Por el momento, la diminuta avispa joya ofrece “la primera evidencia directa de que el ritmo del envejecimiento biológico puede ajustarse durante el desarrollo en un invertebrado”.