Con un cinismo que raya en el insulto, el diputado del partido naranja, Nelson Guardado, dijo este domingo que su otrora partido, GANA, no se ha despojado del color con que se ha identificado desde su fundación y que, por el contrario, se están poniendo del lado de los salvadoreños.
“No estamos despojados del color naranja, sino poniéndonos del lado de los salvadoreños”, dijo.
“La bandera con la que competiremos en las elecciones presidenciales no representa a Nuevas Ideas o a GANA sino que “a todo el pueblo salvadoreño”, enfatizó sin vergüenza alguna Guardado.
Semejante barbaridad, dicha durante el desarrollo del Congreso Nacional, mientras agitaba la bandera celeste pálido con una golondrina encerrada en un círculo, no tiene nombre.
Guardado fue uno de los dirigentes del partido Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) que maniobró la tenebrosa operación “Cambiazo” mediante la cual Bukele renunció al cancelado partido Cambio Democrático (CD) para inscribirse como militante y candidato presidencial, todo ello en menos de 24 horas.
No se conoce aún cuanto “costó” la operación relámpago.
Independientemente de las causas de su origen, GANA ya había alcanzado una aceptable representación dentro de la ciudadanía y se perfilaba, quizá para los próximos diez años,como una partido de masas con posibilidades de gobernar el país. Tenía su ideología, sus sentimientos y sus aspiraciones, sus ideas latentes que desafortunadamente ha perdido de la noche a la mañana. A ver si logro explicar esto.
En realidad, ninguna ideología ni ningún partido triunfan si no expresan los sentimientos, las aspiraciones, las ideas latentes en una fracción de ciudadanos que se reconocen en ellos.
Indudablemente, el partido desarrolla estos sentimientos, estas aspiraciones, estas ideas. Les da mayor fuerza y estabilidad, más cohesión y claridad. Si la ideología deja de corresponder a lo que desea y piensa la ciudadanía y la opinión pública, pierde definitivamente su influencia. Esto es lo que ha sucedido con GANA con sus nuevas credenciales.
Dejar su bandera naranja y adaptarse a los colores de Bukele fue la peor decisión que pudo haber tomado el partido de Guillermo Gallegos, solo explicable por la desmesurada ambición de Andrés Rovira, al “banco” que ha recibido el “pago”.
Nos atrevemos a decir con acierto que las palabras de Guardado, al anunciar la adopción del celeste pálido y la golondrina prisionera de Bukele, serán el epitafio del partido Gran Alianza por la Unidad Nacional.
Bukele no esconde su desprecio por GANA. Ni siquiera sus ansias de Poder le permiten compartir con las bases de ese partido. Es mucha la diferencia que los separa entre sí. !De la que se salvó el CD!.
Bien dijo este fin de semana Will Salgado, quizá “se le volvieron a pasar la líneas a Bukele”.
El acuerdo en el que el expartido naranja entregó sus colores y su ideología al alumno de Yasser Arafat fue ratificado durante el congreso nacional que celebraba este domingo dicho instituto político sin que Nayib Bukele se presentara. Es la segunda vez que el candidato de GANA no llega a los eventos clave del partido, despreciándolo, burlándose de él.
La dirigencia del partido justificó la ausencia de su candidato electo, asegurando que esta obedeció a motivos de fuerza mayor
“Nayib (Bukele) está fuera del país y no nos puede acompañar en este Congreso”, dijo poco convencido Guillermo Gallegos, vicepresidente de GANA.
El cambio de bandera deberá ser autorizado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) como una vez lo intentaron, ya que este deberá plasmarse en la papeleta de las elecciones de 2019.
Sería recomendable que cuando el TSE analice la nueva bandera con la que participará GANA en las próximas elecciones presidenciales profundice en los contenidos simbólicos de la misma. ¿Porqué no un torogoz en vez de una golondrina?; porqué una golondrina prisionera en vez de una en libertad, lo que podría movilizar la indignación de los ecologistas y protectores de la fauna.
Una golondrina no hace verano
En cuanto al porqué una sola golondrina y no una bandada, nos llena de esperanza, el mensaje que da Bukele es para tranquilidad de la nación. La golondrina prisionera en “su” bandera, significa que se considera así mismo capaz de cambiar el orden político, económico y social del país como como una vez lo intentaron en los suyos, Hitler y Mussolini, Lenin o Stalin.
No sabemos si adrede o por ignorancia, Bukele pasa por alto lo poco que puede hacer una golondrina solitaria y prisionera en un circulo,“One swallow does not make a summer” o lo que es lo mismo: una golondrina no hace verano.
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