En Estados Unidos, unas 244 millones de personas están habilitadas para votar en las elecciones generales del 5 de noviembre. Sin embargo, posiblemente dependerá de una fracción de ellas definir quién ocupará la presidencia del país entre los principales contendientes: la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump.
Esto sucede porque el sistema electoral estadounidense establece que la persona que gana la contienda no es necesariamente la que alcanza la mayor cantidad de votos de los ciudadanos. En su lugar, se declara ganador quien alcanza 270 votos del colegio electoral.
El colegio electoral es un sistema de elección indirecta creado en 1787 y que asigna votos a los 50 estados y al Distrito de Columbia en gran medida en función de su población.
Algunos estados son históricamente demócratas o republicanos, otros, como los indecisos o “estados bisagra” no evidencian un apoyo definido hacia un partido y por lo tanto, serán clave para decidir el ganador de las elecciones este próximo noviembre. Este ciclo electoral esa responsabilidad recae en siete territorios.
Pensilvania
Entre el grupo de estados indecisos, Pensilvania resalta con la mayor cantidad de votos electorales: 19 en total. Esto lo convirtió en el foco principal de las campañas a menos de un mes de las elecciones.
Trump ganó este estado en 2016, sin embargo, en 2020, se volcó hacia Joe Biden y le aseguró la presidencia. Los votantes allí dicen sentirse motivados por la economía y la alta inflación.
Aproximadamente 7 millones de boletas están en juego en el estado más disputado de la elección, donde la votación por correo ya está en marcha.
Georgia
En Georgia están en juego 16 votos del colegio electoral. Mientras el Partido Republicano intenta movilizar bloques de electores en áreas metropolitanas como Atlanta, los demócratas intentan ganar el apoyo de los afroamericanos, mayoría en el estado, con un tercio de su población y una de las mayores proporciones del país.
La votación anticipada ya abrió en este estado y los electores han acudido a las urnas en cifras récord. Al menos 252.000 votantes emitieron su voto en los centros de votación anticipada el primer día de apertura, casi el doble de los 136.000 que participaron en las elecciones de 2020.
Es en este estado donde Trump es acusado de conspirar para revertir su estrecha derrota ante Biden en 2020. Ese año fue la primera vez que un candidato presidencial demócrata ganó Georgia desde 1992.
Carolina del Norte
En Carolina del Norte también están en juego 16 votos electorales. Este estado ha apoyado a los republicanos por la mayor parte del último medio siglo, a excepción de 2008, cuando ganó Barack Obama.
En 2020, Trump obtuvo la victoria en el estado pero lo hizo por poco más de 70.000 votos. En Carolina del Norte residen unas 10,8 millones de personas.
Este estado se está recuperando de los daños causados por el huracán Helene a finales de septiembre, lo que podría causar retos en la votación adelantada o por correo.
Michigan
Michigan, con 15 votos electorales, fue por mucho tiempo un territorio confiable para los demócratas. Sin embargo, en 2016 Trump ganó el estado debido a su popularidad entre los votantes blancos de clase trabajadora.
Este año, sin embargo, la diversidad de su población podría ser beneficiosa para Harris. Aunque encuestas recientes indican que la economía es lo más importante para los votantes de Michigan, un tema que suele favorecer a Trump.
En Michigan además vive la mayor proporción de árabes estadounidenses del país quienes han criticado a la actual administración por su manejo del conflicto en Gaza.
Arizona
El estado fronterizo de Arizona acumula 11 votos electorales. Su cambiante demografía y protagonismo en el tema migratorio, lo hacen un estado indeciso.
Durante décadas, Arizona apoyó fielmente a los candidatos republicanos, incluido Trump. Sin embargo, en 2020 Biden revirtió esa tendencia por un estrecho margen.
La inmigración irregular es una de las principales preocupaciones de los votantes. Trump, por su parte, ha prometido una deportación masiva a la vez que aumenta su retórica en contra de los inmigrantes.
Harris ha criticado a Trump por su papel en evitar la aprobación de un proyecto de ley bipartidista de seguridad fronteriza en el Congreso, acusándolo de sabotearlo para obtener beneficios políticos.
Wisconsin
En Wisconsin se deciden 10 votos electorales, y durante el último siglo, quienes han ganado el estado, lo han hecho por menos del 1 % de los votos.
Es decir, 20.000 votos pueden inclinar la balanza en un estado de casi 6 millones de personas.
La vicepresidenta Harris espera que Wisconsin la ayude a afianzar el “muro azul” de los demócratas, mientras que el expresidente Trump pretende derribarlo como lo hizo en 2016.
Nevada
Aunque apenas se juegan 6 votos electorales, la diversidad de la población de Nevada podría ser clave. Allí, alrededor del 40 % de los votantes son latinos, negros o asiático-americanos.
Aunque son grupos que podrían inclinarse hacia Harris, sus preocupaciones por la economía podrían beneficiar a Trump.
En la recta final de la campaña, tanto Trump como Haris han intentado apelar a los votantes hispanos en Estados Unidos. En la última semana, Harris viajó a Nevada para participar de una asamblea electoral con Univision en Las Vegas y una reunión con el sindicato de trabajadores culinarios Local 226.
Trump, por su parte, participó de un evento de campaña con latinos en Las Vegas, donde repitió sus críticas a las políticas fronterizas actuales.