Trump saca a Estados Unidos de los Acuerdos de París

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“Fui elegido para gobernar Pittsburgh”, una ciudad del cinturón industrial estadounidense, y “no París”, dijo Trump y logró los aplausos de los presentes. Con esa frase selló la salida de EEUU del Acuerdo de París.

“El cumplimiento de los términos del Acuerdo de París y las restricciones que se le imponen a EEUU pueden costarnos 2,7 millones de empleos”, afirmó Donald Trump, y agregó: “Para 2040, estos compromisos que nos impuso el gobierno anterior nos costarían que el cemento bajara 23%, el carbón 86% y el gas natural 31%”.

El mandatario afirmó que el acuerdo “bloquea el uso y desarrollo de carbón limpio en EEUU”. Y se quejó: “¿India y China pueden duplicar su producción de carbón, pero nosotros no?”.

Además, afirmó que luego de la salida, buscará un nuevo pacto. “Uno justo que no nos perjudique”, insistió. Asimismo, prometió que EEUU será “amigable con el medio ambiente”, pero no cerrará empresas.

El presidente, durante su campaña, ya había prometido abandonar el pacto en nombre de la defensa del empleo en Estados Unidos. Pero numerosas voces en todo el mundo, incluso en los sectores empresarios o en la misma Administración estadounidense, le pidieron que reviera su posición, recordando la urgencia de actuar ante el calentamiento global.

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El alcance de esta decisión irá, de hecho, más allá del tema climático, dará una indicación sobre el lugar que Estados Unidos, dirigido por Donald Trump, aspira a ocupar en la arena internacional en los próximos años

Para Mitt Romney, candidato republicano a la Casa Blanca en 2012, la decisión que anunció Trump tendrá consecuencias a largo plazo: “Se trata también del lugar de Estados Unidos como líder mundial”.

Unas horas antes del anuncio, China y la Unión Europea defendieron con vigor el Acuerdo de París, que apunta a limitar el alza de la temperatura global “por debajo de 2 ºC” con respeto a la era preindustrial.

Desde Berlín, en donde se reunió con la canciller Merkel, el primer ministro chino, Li Keqiang, aseguró que su país respetaría el compromiso. Beijing fue, junto con la Administración estadounidense presidida entonces por Barack Obama, uno de los principales artífices del acuerdo histórico de diciembre de 2015.

Merkel consideró, en declaraciones a la prensa, que el acuerdo es “esencial”.

Rusia, uno de los países que más contaminan, firmante del pacto, estimó que la ausencia de “actores esenciales” podría complicar su aplicación. “La aplicación de esta convención en ausencia de actores esenciales será más complicada, pero por el momento no hay alternativa”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

Los responsables de la Unión Europea adoptaron un tono menos diplomático. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, estimó que retirarse del pacto sería inaceptable.

El Acuerdo de París se firmó durante el mandato del ex presidente Barack Obama, quien definió ese pacto como “un punto de inflexión” y la “mejor oportunidad” para salvar el planeta.

El objetivo de Estados Unidos, fijado por la Administración de Barack Obama, era una reducción del 26% al 28% de las emisiones de gases con efecto invernadero para 2025, con relación a 2005.

El ex presidente demócrata, que hizo del clima una de las prioridades de sus dos mandatos, aludía regularmente a la “carrera contrarreloj” a la que la comunidad internacional se lanzó para intentar limitar los efectos más devastadores del cambio climático.

El largo procedimiento para abandonar el pacto climático

El tema dividió profundamente la cumbre del G7 de la semana pasada en Italia. Todos sus participantes, con la excepción de Trump, reafirmaron su compromiso con el texto de París.

Trump podría invocar el artículo 28 del Acuerdo, que permite a las partes firmantes salir del pacto, pero dado el procedimiento previsto, la salida se haría efectiva únicamente en 2020. Porque ningún miembro que haya ratificado el pacto puede abandonarlo antes de que se cumplan los tres años de su entrada en vigor (noviembre de 2016). Y a eso hay que sumarle un año más complementario de “preaviso”.

Otra solución, aún más radical, podría ser la salida de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).

El acuerdo sobre cambio climático adoptado por 195 países en diciembre de 2015 en París trazó el camino hacia un mundo sostenible mediante cambios drásticos en la economía global.

El objetivo del pacto es contener el aumento de la temperatura “muy por debajo de los 2 ºC” respecto a la era preindustrial y “seguir esforzándose por limitar este aumento a 1,5 ºC”, aunque muchos expertos dudan de que se pueda lograr.

2 °C o 1,5 °C son objetivos muy ambiciosos, dado el nivel actual de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Los expertos del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) estiman que es necesario reducir las emisiones entre un 40% y un 70% entre 2010 y 2050 para permanecer por debajo de los 2 °C.

El acuerdo no especifica metas obligatorias a cada país, como sí lo hace el protocolo de Kioto. Cada cual se fija a sí mismo sus propios objetivos de reducción de emisiones para 2025 o 2030. Estados Unidos, cuyo presidente actual, Donald Trump, acaba de anunciar que el país se retira del Acuerdo de París, se había comprometido a reducir sus emisiones entre un 26% y un 28% de aquí a 2025, respecto a los niveles de 2005, cuando los EEUU emitieron 6,132 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono.

La mayoría de los gases de efecto invernadero provienen de la quema de combustibles fósiles, como el petróleo, el carbón y el gas natural, pero también provienen del uso de fertilizantes, la cría de ganado y el mantenimiento de vertederos. Los gases de efecto invernadero incluyen dióxido de carbono, metano e hidrofluorocarbonos.

Obama firmó una orden ejecutiva que confirmaba la aprobación del acuerdo por parte de Estados Unidos, pero no lo sometió al Congreso para su aprobación. Así es como Trump puede “cancelar” el compromiso de Estados Unidos con el acuerdo si lo desea.

El gobierno de Obama también promulgó medidas de reducción de emisiones de carbono para poner al país en el camino para alcanzar los objetivos establecidos en París y posicionar a Estados Unidos como líder en la lucha contra el cambio climático. Bajo la Administración Obama, Estados Unidos comenzó a reducir sus emisiones, tanto por el aumento de la energía renovable asequible como por la abundancia de gas natural debido a fracking.

Cómo es el procedimiento para retirarse del Acuerdo

Cualquiera de los 147 países que ratificaron el pacto puede abandonarlo. Pero no antes de los tres años tras su entrada en vigor (noviembre de 2016). La retirada se hace efectiva recién tras un año suplementario de preaviso. Es decir que el proceso tomará, por lo menos, 4 años.

La opción más radical consiste en abandonar la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que puede hacerse en un año.