A partir de este día, 30 de julio, de 2019, Mauricio Funes Cartagena ha dejado de ser un salvador asilado en la república de Nicaragua y ha pasado a ser un ciudadano nicaragüense. Fuentes políticas nacionales aseguran que Nicaragua otorgó este nuevo estatus a Funes para evitar cualquier estrategia del gobierno salvadoreño para implementar la amenaza del presidente Nayib Bukele, de que pasados 100 días de gobernar en El Salvador “traería de vuelta” a Funes.
De acuerdo a los informes publicados en los principales periódicos del país, el 1 de septiembre de 2016, Funes junto a sus dos hijos Carlos y Diego, y su pareja, pidieron asilo político en Nicaragua. El prófugo Mauricio Funes está acusado de peculado, lavado de dinero, recibir y entregar dádivas o sobornos; así como, divulgar documento confidencial como lo es el Reporte de Operaciones Sospechosas (ROS); entre otros delitos. Además acumula tres órdenes judiciales de captura por delitos de corrupción en perjuicio del Estado.
En marzo pasado, los magistrados de la Corte Suprema de Justicia decidieron por unanimidad solicitar al gobierno de Nicaragua la extradición de Funes. Dicha petición abarca a Ada Mitchell Guzmán Sigüenza, la actual compañera de Funes; sus dos hijos mayores: Carlos Mauricio Funes Velasco y Diego Roberto Funes Cañas. Todos ellos acusados de lavado de dinero y activos.
La decisión de la Corte Plena es por el primero de los cuatro casos penales que los tribunales ventilan en contra de Funes, en el que la Fiscalía General de la República le atribuye haber encabezado una estructura delictiva que desvió $351 millones del Estado para beneficio personal, de su familia, amigos y un grupo de funcionarios durante su gobierno 2009-2014.
En mayo pasado trascendió la noticia que el exmandatario Mauricio Funes y su hijo, Diego Roberto Funes Cañas devengan altos salarios en Nicaragua, lo que causó indignación en la población ya que aproximadamente 415,000 nicaragüenses han perdido sus empleos o tienen bajos salarios como reflejo de la crisis en que se encuentra sumido ese país.
2,736 dólares es lo que mensualmente recibe el expresidente prófugo de la Cancillería nicaragüense. Además, su hijo recibe $1,495 mensuales por una supuesta plaza técnica.
Medios y ciudadanos nicaragüenses han reclamado a través de redes sociales que el pago del expresidente prófugo y de su hijo son entre tres y seis veces más altos que el salario mínimo promedio en Nicaragua.