Washington, ¿Con o contra Bukele?

El secretario de Estado Antony Blinken se reunió con la canciller de El Salvador y no hizo ningún comentario público crítico sobre la democracia o los derechos humanos aunque sí habría hecho reclamos en privado. Qué opinan los especialistas en la capital estadounidense

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El silencio de la Casa Blanca sobre El Salvador empezó a hacer ruido en algunos ámbitos de la capital norteamericana que siguen los temas de derechos humanos y democracia en la región. El secretario de Estado Antony Blinken recibió esta semana a la canciller de Nayib Bukele, Alexandra Hill Tinoco, y todo lo que demostró en público fue acercamiento. De todas formas, funcionarios norteamericanos, aseguran que “en privado” intentan convencer para forzar cambios.

En 2021, cuando luego de lograr una super mayoría en el Congreso el gobierno de Bukele avanzó sobre los otros poderes del Estado, destituyendo a los miembros de la Corte Suprema de Justicia y al Fiscal General del país, Blinken fue muy crítico.

Sin embargo después, luego que El Salvador entrara en un régimen de excepción que permite detenciones y juicios masivos así como el silenciamiento de voces opositoras, Estados Unidos bajó su nivel de críticas. Esta semana se sumó la visita de la canciller Hill, sin ningún cuestionamiento público del gobierno de Joe Biden.

El Salvador y Estados Unidos estamos profundamente conectados. Nuestras economías están conectadas, nuestra gente está conectada y nosotros tenemos un interés real en el éxito de El Salvador. Espero con ansias una conversación sobre las formas en que podemos encontrar para profundizar nuestra cooperación en muchos temas que nos unen”, dijo Blinken al lado de Hill previo al encuentro a puertas cerradas. Dijo que los temas en la agenda de ambos países son la migración, la lucha contras las drogas y “la buena gobernanza”. Pero sobre este último punto no hizo ningún comentario adicional.

Hill, a su turno, aprovechó el estar al lado de Blinken para reivindicar las políticas de Bukele. “El Salvador desde junio de 2019 no es lo mismo. Podemos respirar seguridad”, dijo Hill, mientras Blinken asentía con su cabeza. “Hemos estado trabajando profundamente, 24/7, en temas como la seguridad y la oportunidad laboral. Y ustedes son nuestros mejores socios, y estoy encantada de estar aquí”, agregó.

Un aliado en migración

También en las palabras de la canciller de El Salvador se ven algunas claves del por qué del cambio de actitud de Estados Unidos. “Nuestro presidente se ha vuelto corresponsable de la migración ilegal”, dijo Hill.

La migración es uno de los grandes temas en en Estados Unidos, que el año que viene tendrá elecciones presidenciales en las que los republicanos criticarán al gobierno de Joe Biden por lo que consideran como políticas fallidas para frenar el flujo de migrantes ilegales. Por ello mismo, también este es el tema central de conversación diplomática con los países del norte de América Central, de donde proviene buena parte de los migrantes.

El gobierno de Bukele muestra como un logro que luego de sus medidas más punitivas para bajar la inseguridad en el país se ha logrado reducir la migración irregular hacia Estados Unidos, país donde viven 1,4 millones de salvadoreños, el 90% de la diáspora de ese país.

La migración de El Salvador era mucho más grande cuando las pandillas y las maras tenían mucha más incidencia en la seguridad. Con las medidas del gobierno de Bukele que mejoraron la seguridad interna, la migración desde ese país hacia Estados Unidos se redujo. EFE/Esteban Biba/Archivo
La migración de El Salvador era mucho más grande cuando las pandillas y las maras tenían mucha más incidencia en la seguridad. Con las medidas del gobierno de Bukele que mejoraron la seguridad interna, la migración desde ese país hacia Estados Unidos se redujo. EFE/Esteban Biba/Archivo

Las cifras parecen darle la razón al gobierno de Bukele. Cuando se miran las deportaciones desde EEUU hacia el Triangulo del Norte de América Central para los primeros cinco meses de este año, la cantidad de salvadoreños es mucho menor a la de hondureños y guatemaltecos. Según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) entre enero y mayo de 2023 se registraron 58.671 deportaciones de centroamericanos y solo 4.025 casos son El Salvador.

“Vamos a seguir trabajando con los Estados Unidos en temas de seguridad, en migración ilegal e irregular, encontrando formas legales para que los salvadoreños lleguen aquí”, dijo Hill previo al encuentro con Blinken.

Luego de esa reunión, el vocero del Departamento de Estado, Matthew Miller, dijo que ambos cancilleres “discutieron los desafíos de seguridad en El Salvador y los esfuerzos conjuntos para promover la prosperidad económica”.

Según Miller, Blinken en privado le dijo a Hill que uno de los desafíos, además de la migración es “la promoción de la buena gobernanza, la protección del debido proceso y el respeto de los derechos humanos”.

Las reacciones

Esas palabras sobre los derechos humanos le parecieron poco a las instituciones que desde Washington monitorean estos asuntos en América Latina. Para Tamara Taraciuk Broner, directora del Programa de Estado de Derecho Peter D. Bell del Diálogo Interamericano, es “difícil entender qué tipo de valores comparte la administración de Biden con el gobierno de El Salvador”.

Taraciuk dijo a Infobae que “durante la presidencia de Nayib Bukele se ha desmoronado el Estado de derecho e implementado un abusivo régimen de excepción durante el cual se cometieron gravísimas violaciones de derechos humanos”.

Ana María Méndez, directora para América Central en la Oficina de Washington para América Latina (WOLA), considera que es lógico que Estados Unidos tenga relaciones diplomáticas con El Salvador dado que por interes políticos y comerciales es relevante mantener abiertos los canales de diálogo. Pero según dijo a Infobae, para WOLA ha habido “un retroceso” en cómo el gobierno de Biden aborda lo que ocurre en el país centroamericano.

“En la toma de las instituciones en 2021, EEUU fue muy abierto y directo en condenar esta acción. Pero a partir del régimen de excepción, no ha habido un mensaje claro de rechazo a este tipo de medidas. Entendemos que hay relaciones que mantener y que el tema de Migraciones es importante al norte de Centroamérica. Pero eso no quiere decir que no haya que expresarse”, dijo Méndez a Infobae.

Cuando en 2021 el gobierno de Bukele pasó a controlar no solo el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, sino que también hizo una movida para poner en el Poder Judicial, en la Fiscalía y en los organismos de contralor a figuras cercanas, Estados Unidos fue muy critico.

En ese momento Blinken dijo que estaba muy “preocupado” por lo ocurrido y que “la gobernabilidad democrática requiere respetar la separación de poderes, por el bien de todos los salvadoreños”. También fue crítico el principal asesor de Biden para los temas de América Latina, Juan González. “Así no se hace”, dijo.

Entre respetar al pueblo y negociar “en privado”

Otro de los elementos polémicos en El Salvador es que el presidente Bukele se presente a la reelección en año próximo, pese a que la Constitución expresamente lo prohíbe. En el artículo 154 dice: “El período presidencial será de cinco años y comenzará y terminará el día primero de junio, sin que la persona que haya ejercido la Presidencia pueda continuar en sus funciones ni un día más”.

Sin embargo, luego de que destituyera a la Corte Suprema de Justicia y pusiera en su lugar a figuras cercanas a Bukele, la sala constitucional interpretó ese artículo 154 de otra manera y aseguró que el presidente puede ir a la reelección, algo que Bukele ya anunció.

Nayib Bukele, presidente de El Salvador, es el presidente más popular de la región y va camino a la reelección, pese a que la Constitución lo prohíbe, dado que la Corte Suprema de Justicia que nombró su gobierno reinterpretara la carta magna. REUTERS/Jose CabezasNayib Bukele, presidente de El Salvador, es el presidente más popular de la región y va camino a la reelección, pese a que la Constitución lo prohíbe, dado que la Corte Suprema de Justicia que nombró su gobierno reinterpretara la carta magna. REUTERS/Jose Cabezas

En un evento organizado por el Diálogo Interamericano la semana pasada, el subsecretario adjunto de la oficina para América Latina del Departamento de Estado, Eric Jacobstein, fue consultado por la audiencia sobre este punto. “Respetamos a la gente de países soberanos su derecho a elegir a sus líderes a través de un proceso democrático”, dijo ante ese punto, pero evitó responder sobre cómo se interpreta la Constitución.

Parte de la pregunta del público también cuestionaba por el régimen de excepción en El Salvador y la ausencia de juicios justos. “Creo que nuestro historial es claro en los últimos dos años y medio de responder a todos estos temas sobre la democracia y la gobernabilidad de los derechos humanos. Creo que se ha visto a través de declaraciones públicas y de nuestra asistencia exterior. Se ha visto a través de revocaciones de visas y otras sanciones”, dijo.

Más adelante, Jacobstein dejó entrever que estos temas ahora se conversan “en privado”, tratando de convencer al gobierno de Bukele de un cambio de actitud. “En cada oportunidad nosotros involucramos a interlocutores en el gobierno salvadoreño. Pero diría que estamos constantemente buscando un enfoque más eficaz y creo que cuando se trata de El Salvador, esta es una relación compleja. Es multifacético. Trabajamos juntos en varias áreas y pero hay un muy buen compromiso, en temas económicos y luego hay temas más difíciles, en los que nosotros continuamos participando. En privado y en público a veces, tratando de encontrar la forma más efectiva de llegar a ellos”, dijo el funcionario diplomático.

Un “pésimo precedente”

Para Taraciuk, “incluso si existen condenas y mensajes privados” sobre los ataques a las instituciones y las violaciones a los derechos humanos, no es bueno el silencio en público porque “sacarse una foto sin ningún comentario al respecto” es algo que “socava la credibilidad de Estados Unidos y sus esfuerzos por proteger el espacio cívico salvadoreño”.

“El silencio sobre estos temas en el encuentro entre el Secretario Blinken y la canciller salvadoreña es ensordecedor”, agregó la directora del programa del Diálogo Interamericano para temas del Estado de derecho.

“Bukele está consiguiendo mover la conversación en Washington mientras intenta dar vuelta la página como parte de sus esfuerzos de comunicación estratégica y este tipo de reuniones no sólo lo ayuda, sino que sientan un pésimo precedente para los demás autoritarios en la región”, dijo Taraciuk.

Méndez, de WOLA, comparte que “es preocupante que EEUU no envie ningún mensaje contundente de rechazo a acciones que atentan contra la democracia y los DDHH”.

“Hay gente que está siendo torturada y hay evidencia. No hay derecho a la defensa”, agregó.

Con información de Infobae