Por Mauricio Eduardo Colorado.-
Este domingo 16 de julio Venezuela ha celebrado una consulta popular sobre su destino político, que a la vez significa el futuro político de muchos países de sur américa. Todo comenzó cuando un militar de apellido Chávez, obtuvo el poder por medio de elecciones en las cuales logró convencer al pueblo de volverla en un paraíso terrenal, en el cual todo sería dicha y bienestar para todos los habitantes.
Quizá por el espíritu de contradicción o porque el ser humano no deja de ser sencillo y cree en todo lo que quiere, las urnas favorecieron a ese militar que a los pocos meses de tener el control del estado, sacó las uñas, y empezó a dictar leyes que poco a poco, fueron cambiando la legislación, al grado que en el breve tiempo de estar en el poder, cambió la Constitución, la cual le permitió disponer a su modo de múltiples decretos ley, que le permitieron entronizarse en el poder i de esa forma, gradualmente, inició cambios sustanciales en la sociedad venezolana, que trastocaron el orden, y comenzó el cambio de la estructura política de ese rico país petrolero, donde el saqueo se institucionalizó, y la lógica y la razón de un buen gobierno fue sustituida gradualmente por de demagogia.
Como militar, se rodeó de un grupo de militares a quienes mantuvo económicamente privilegiados, y de esa forma aplicó leyes socializantes que estimuló el ánimo de resentidos sociales que creen que la riqueza de un pueblo se crea por decreto, y no con el trabajo.
El destino de este gobernante, sin embargo estaba marcado por la sorpresa, y fue condenado a muerte por las leyes naturales de la vida, y de alguna forma, desarrollo un cáncer que lo llevó a la tumba. No obstante, el grupo de poder que había creado, tuvo tiempo para prepararse y tomar las disposiciones pertinentes para preparar las condiciones políticas que permitieron continuar gobernando en su estilo.
El sucesor aparente, un conductor de autobuses, con a la fuerte asesoría del gobierno cubano, inmiscuido hasta el cuello en el proceso, ha logrado mantener sometido al pueblo en un infierno que amenaza incendiar a Venezuela en una violenta guerra civil, provocada por el despertar de la población venezolana, de que ha llegado el momento del ahora o nunca, poniendo los ánimos del pueblo en una delicada situación en la que la lucha por la supervivencia se ha volcado a las calles, y se ha desatado una feroz represión, que lleva más de cien días, y casi cien muertos víctimas de la brutal represión.
Cuba y el gobierno Venezolano han logrado entender que ese ahora o nunca representa para ellos una cuestión de vida o muerte, y han recurrido a todas las argucias que las circunstancias le han permitido. De esa forma, han propuesto sustituir por segunda vez la Constitución por otra que definitivamente declare un gobierno comunista, y que asegure –al estilo cubano- una permanencia ilimitada en un gobierno autoritario por los siglos de los siglos.
Las medidas a tomar en Venezuela implican la extensión del sistema de gobierno a todos los países del hemisferio, en donde el gobernante y su grupo, son soberanos absolutos, dueños de propiedades y vidas de sus súbditos, y en donde nadie puede disentir bajo amenaza de ser anulado política, social y económicamente en el sistema. Entendemos que muchos políticos de américa han tomado conciencia de lo que ocurre y que tarde o temprano afectara a sus respectivos países, y se están tomando las medidas y precauciones pertinentes.
Asumimos que nuestro país no es ni será la excepción, y que se están tomando las medidas del caso. Pero por ahora nos preocupa la proliferación de candidatos en el sector de la derecha política, que con demasiada anticipación están gastando esfuerzos, al estilo del pasado, que no han dado los resultados esperados. Ojo, que en Cuba y Venezuela tenemos ejemplos vivos de lo que nos puede ocurrir.