Los vendedores de drogas por internet están entregando sus productos de forma anónima a través del Servicio Postal de los Estados Unidos, mientras el derecho constitucional a la privacidad está impidiendo que se aplique la ley y se les detenga.
Una característica destacada de la compra de drogas a través de los mercados de la Darknet – mercados en internet anónimos, a los que se accede a través de un software encriptado – es la entrega de drogas directamente al lugar deseado por el consumidor. Los compradores envían sus direcciones cifradas a los vendedores de drogas por internet que a continuación, envían sus productos, disfrazados de otros productos, utilizando los servicios postales regulares. Aunque las empresas privadas, tales como FedEx y UPS, están siendo utilizadas por los vendedores de drogas, uno de los servicios más populares para el tráfico de drogas de bajo nivel es el Servicio Postal de los Estados Unidos (USPS, por sus siglas en Inglés).
El Servicio Postal de los Estados Unidos (USPS) es una agencia del gobierno y por lo tanto el único servicio postal nacional de los Estados Unidos que respeta la Cuarta Enmienda – el derecho constitucional a la privacidad. A diferencia de los servicios postales privados, los paquetes del servicio de Primera Clase de USPS no pueden ser abiertos o registrados sin una orden emitida por un tribunal federal. Si cualquier paquete es considerado “sospechoso” por USPS debido a su apariencia u olor, primero se debe abrir una investigación criminal con evidencia sustancial ante el Servicio de Inspección Postal.
Sin embargo, este tipo de operaciones de vigilancia se limitan a hacer “mail covers”; fotografiando los paquetes y registrando todos sus detalles (el nombre de quien envía y quien recibe el paquete, asi como sus direcciones) en una base de datos a la cual se puede acceder en caso se emitiera una orden emitida por un tribunal federal.
Los vendedores de drogas por internet son conscientes de la protección de la privacidad de USPS, y han desarrollado técnicas para disimular las sustancias ilegales para que puedan pasar las pruebas externas que podrían llevarse a cabo en los paquetes. Los vendedores dependen de las opiniones y altas calificaciones de sus clientes, y esto hace que se aseguren de realizar la entrega de su “producto” de manera “cautelosa”; ocultando con eficacia las drogas para no levantar las sospechas de las fuerzas del orden.
Es de interés de los consumidores comprar a un vendedor que pueda evitar de manera experimentada la detección y que asegure que los productos lleguen de forma segura. Los vendedores experimentados utilizan bolsas a prueba de humedad y selladas al vacío para eliminar los olores; ellos ocultan la droga en objetos aparentemente inofensivos, como las tarjetas de cumpleaños o DVDs, para que los trabajadores del Servicio postal no noten nada fuera de lo normal. Además de estas medidas, los vendedores expertos establecen empresas y direcciones ficticias para impedir ser descubiertos por las fuerzas del orden.
Paul Krenn, un inspector adjunto del Servicio de Inspección Postal, afirma que enormes cantidades de drogasson objeto de trafico a través de USPS; en el año 2013, según él, alrededor de 13.000 paquetes de droga (hasta un 18 por ciento respecto al año anterior) fueron capturados, incluyendo más de 20,000 kilogramos (45,000 libras) de marihuana. Esta tendencia es muy probable que continúe en aumento debido a que USPS ha sido paralizado por los recortes presupuestarios y la disminución de personal lo que significa que carecen de los recursos materiales y humanos para investigar ampliamente los 155 millones de envíos anuales ordenados y entregados.
La reforma legislativa que permita que las autoridades puedan registrar los paquetes es poco probable que ocurra, ya que cualquier restricción de los derechos privados sería una llamada de alerta. A pesar de que ha existido un único caso donde los trabajadores de USPS hicieron un seguimiento a un comprador a través del análisis de su rastro postal digital, los mercados de drogas por internet están presentando desafíos técnicos sin precedentes a las técnicas convencionales de interdicción de drogas.