El premio nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa, expresó hoy su optimismo sobre el futuro de América Latina, aunque manifestó su profunda preocupación por la crisis que atraviesa Venezuela. “El gran enemigo de la libertad es el populismo”, señaló el escritor en referencia a los sucesivos gobiernos que administraron la región en los últimos años.
“En Venezuela, la democracia aparece como la civilización, como lo sensato contra lo insensato”, dijo Vargas Llosa, y añadió que lo que antes era evaluado con simpatía por algunos sectores intelectuales, ahora es cuestionado. “Hay una izquierda más culta e inteligente que ha tomado distancia y ahora critica a (Nicolás) Maduro”, añadió el escritor, quien está en Buenos Aires y participó de la Feria Internacional del Libro.
Vargas Llosa hizo referencia, además, a una imagen que recorrió el mundo: un joven venezolano prendiéndose fuego durante una manifestación y su consecuente represión por parte del régimen. “Esa imagen es Venezuela. Venezuela es un país que está incendiado. Llegó al borde del abismo”.
El autor de La tía Julia y el escribidor, hizo referencia a la delicada actualidad que vive aquel país gobernado por el chavismo y señaló que “nadie puede ver en Venezuela la representación de una izquierda. Es un país al que se lo llevó a la ruina”. “Hay un Ejército al que le han dado el control del narcotráfico, la única industria que aún funciona en Venezuela”, sentenció.
“Uno se pregunta cómo un gobierno tan impopular como el de Venezuela aún se sostiene, cómo no se ha derrumbado aún. Yo creo que el final está cerca. No sé qué formas adoptará. Pero es imposible que ese Gobierno se sostenga”, pronosticó el premiado autor. Durante la entrevista, Vargas Llosa dijo creer que el principal sostén del régimen es el Ejército bolivariano. “No solamente está ahora matando, encarcelando, con una política económica que llevó a un país rico a la miseria y el hambre, [sino que, además, es responsable de] que no haya medicinas, de que la gente viva en el desamparo. Entonces, ¿cómo es que ese Gobierno todavía está en pie? La única explicación es que hay un Ejército comprado, su jerarquía, al que le dieron el control del narcotráfico, que debe ser la única industria que funciona en Venezuela. Entonces, el Gobierno puede subsistir. Pero el final está muy cerca”, argumentó.
“Ojalá que los Gobiernos democráticos de América Latina contribuyeran a acelerar ese final”, estimó. “No todos los países reaccionaron con la claridad de los Gobiernos de Argentina y Perú”, remarcó el galardonado escritor.
Vargas Llosa, quien expresó, además, su visión sobre un nuevo Brasil a partir del proceso judicial que se está desarrollando, mostró cierto optimismo respecto de la situación regional: “América Latina va saliendo. Hoy hay más razones para ser optimistas que pesimistas en América Latina que en mi juventud”.
En una entrevista radial, consultado acerca del futuro de Francia y de Europa en general, Vargas Llosa mostró su seguridad respecto al próximo triunfo de Emmanuel Macron sobre Marine Le Pen. “Estoy tranquilo. Vi el debate y fue realmente aplastante. Ella es una demagoga sin una visión seria de lo que sería Europa sin la Unión Europea. No hay ninguna duda de que Macron ganará las elecciones y eso será muy bueno para Francia, para Europa y para la democracia en el mundo”.
Respecto a la asunción de Donald Trump como presidente expresó que “en Estados Unidos hay una movilización política que ha impregnado a la clase intelectual, periodistas, escritores, académicos, estudiantes que tradicionalmente eran apolíticos. Eso cambió desde la subida de Trump”, dijo y agregó que ese sector “siente un peligro”.
En ese sentido, resaltó la figura del presidente argentino Mauricio Macri como un factor decisivo en la reestructuración de la región. “Es un ejemplo muy importante para los países de América Latina”, dijo, y explicó que la presencia del mandatario cambió “a la Argentina” del que dijo que era “otro país” al de hace apenas años. “Ha mejorado muchísimo la imagen internacional de la Argentina. Ha recuperado una respetabilidad que había perdido con la cosa populista y demagógica”.