Hasta el 0-3 en Camp Nou nadie dudaba sobre su continuidad en el Bayern Múnich. Sin embargo, Messi, Suárez y Neymar representan una amenaza. Pep no soportaría una humillación en Alemania.
“Quedan 90 minutos; lucharemos, pero con un 3-0 no es nada fácil. Barcelona se ha convertido en el mejor equipo de contraataque del mundo”. Josep Guardiola aseguró que su Bayern Múnich hará el intento por revertir la eliminatoria, aunque conoce las virtudes de su rival y los riesgos que representa este partido para su continuidad hasta 2016, año que finaliza su contrato.
En Múnich son pocos los que confían en una remontada, hablan de milagro o hazaña. No se ven en la final del 6 de junio en Berlín. Pero no quieren marcharse de la Champions League dejando una penosa imagen como en la pasada temporada frente al Real Madrid, cuando los blancos se impusieron 4-0 en Alemania. El Bayern debe dejar a salvo su honor.
“No se trata de atacar más que el rival sino de atacar mejor. No puedo pensar en ganar un partido sin jugar primero al fútbol”, explicó Guardiola en la rueda de prensa de este lunes. Una sana intención por jugar al fútbol que puede ser destructiva si su equipo falla en defensa o un tal Lionel Messi vuelve a iluminarse como en España.
Luis Suárez, Neymar y “La Pulga” acumulan más de 100 goles en la temporada, y si los bávaros van al frente sin inteligencia, pueden sufrir una derrota catastrófica. Una caída que Pep no tendría manera de resistir con detractores como Franz Beckenbauer, Uli Hoeness y Karl-Heinz Rummenigge soplando sobre su nuca.
Europa amaneció el domingo con un rumor instalado por la cadena Bein Sports a modo de primicia y el anuncio de que el entrenador catalán se iba del Bayern para aterrizar en Manchester City. Versión desactivada inmediatamente por el entorno de un Pep en aprietos y con una misión: salvar el honor.