El Gobierno de Trump deportó a padres sin sus hijos a pesar de que esos padres querían regresar a sus países de origen junto con sus pequeños, según un reporte de la Oficina del Inspector General (OIG) del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
El informe asegura que desde julio de 2017 el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) expulsó del país al menos 348 padres separados de sus hijos sin haber “documentando que esos padres querían dejar a su niños en Estados Unidos”.
“De hecho, ICE deportó a algunos padres sin sus hijos a pesar de tener evidencia de que los padres querían traer a sus hijos de regreso a su país de origen”, dice el reporte.
De esta forma, OIG confirmó que, antes del 12 de julio de 2018, los padres migrantes “no siempre tuvieron la oportunidad de reunirse con sus hijos antes de la expulsión”, a pesar de que DHS e ICE afirmasen en el pasado que los progenitores deportados sin sus hijos habían optado por hacerlo así.
Es más, asegura que no había ninguna política o proceso estándar que requiriera a los agentes de ICE “determinar, documentar u honrar las decisiones de los padres” con respecto a sus hijos.
Y hallaron que algunos registros de ICE que supuestamente documentaban estas decisiones de los padres tenían “fallas significativas”, como por ejemplo renuncias “verbales” a la reunificación familiar antes de la deportación.
Ante este panorama, recomendaron al director interino de ICE, Tae Johnson, que los agentes se aseguren de que antes de deportar a los padres con hijos menores en Estados Unidos se “documente y obtenga el reconocimiento supervisado” del deseo del progenitor de que sus hijos no regresan con ellos a sus países de origen.
El ICE respondió a la recomendación de OIG e indicó que creó un nuevo sistema que le permite “crear y administrar registros para unidades familiares” para así recopilar, rastrear y almacenar datos sobre estas familias, lo que ayudará a garantizar que los padres bajo orden de deportación puedan “hacer arreglos” para sus hijos, incluido el traslado con ellos a sus países de origen.
La Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, en inglés) asegura que el Gobierno Trump (2017-2021) separó a más de 5.500 familias y que gracias a una demanda colectiva nacional liderada por esa organización se logró bloquear con éxito esa política llamada de “tolerancia cero”.