Se elevan a catorce los policías asesinados este año

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(DigitalPhoto/Liliana Gonzalez ‏@mclily07/DL)

Un agente del Sistema de Emergencias 911 de la Policía Nacional Civil (PNC) fue asesinado a tiros en la comunidad 12 de Octubre, al final de la 83 avenida Norte, en la colonia Escalón, San Salvador, lo que eleva a catorce los policías asesinados en lo que va de año, informó la Fiscalía.

El agente, destacado en el referido sistema en la localidad de Colón en La Libertad, fue identificado como Samuel Arnoldo Mejía Ramos, de 31 años.

La fuente también reportó el hallazgo de un “posible agente fallecido”, cuyo cuerpo estaba en la morgue del Instituto de Medicina Legal de San Salvador como “desconocido”.

El ente detalló que el cuerpo fue encontrado el pasado martes en las aguas del río Acelhuate, que recorre toda la capital, y este viernes la familia “identificó la ropa”, por lo que será sometido a una prueba de genética para confirmar la identidad.

No obstante, el Movimiento de los Trabajadores de la Policía publicó en sus redes sociales que el cuerpo pertenece al agente José Edwin Castillo Chávez, quien estaba asignado al 911 de San Salvador.

Castillo Chávez fue lapidado de la cara y habría sido decapitado, según las autoridades.

El viernes, Carlos Eduardo Arriola Tobar, destacado en El Palmarcito, Tamanique, departamento de La Libertad, quien estaba de licencia, fue ultimado cuando estaba estacionado en su motocicleta fuera de la casa de su novia.

Los asesinatos de policías, según las autoridades de Seguridad, son cometidos por las “violentas” pandillas para presionar al Gobierno a otorgar prebendas a sus líderes encarcelados.

El país vive una escalada de homicidios que ha cobrado la vida de unas 1.800 personas hasta el 20 de marzo, más del doble de los reportados en el mismo periodo de 2015.

En este contexto, el Gobierno continúa analizando la implementación de “medidas excepcionales”, entre las que destacan la declaración de estado de emergencia y el despliegue de más soldados en labores de Seguridad.

El Salvador es asediado por las pandillas Barrio 18, Mara Salvatrucha y otras pequeñas, que son acusadas de mantener los altos índices de criminalidad que colocan al país como uno de los países más violentos del mundo.