El Gobierno del presidente Salvador Sánchez Cerén entró el viernes a su penúltimo año de mandato enfocado en apropiarse del ahorro de los trabajadores que son resguardados por las Administradoras de Fondos de Pensión (AFP’s).
Sánchez Cerén presentó el jueves ante la Asamblea Legislativa un informe de gestión de su tercer año de Gobierno en el que urgió a los diputados aprobar una reforma al sistema de pensiones, ya que el actual, según su Gobierno, “ha colapsado”.
“Urge que la Asamblea Legislativa apruebe una reforma que asegure el pago a los pensionados, y que sea solidaria, universal y sostenible”, sostuvo, refiriéndose a una propuesta del Gobierno para intervenir las cuentas de ahorro provisional de los trabajadores salvadoreños.
El Gobierno se declaró en impago de las pensiones el 7 de abril pasado, tratando de forzar al Congreso para que votaran por la emisión de 70 millones de dólares en bonos que decían serían destinados al pago a los militares jubilados y a abonar a la deuda con las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP’s), aún teniendo los suficientes fondos para realizar los pagos.
El “bluff” del Gobierno desencadenó una baja en las calificaciones de bancos locales y situó en “observación negativa” a bonos de distribuidoras eléctricas y empresas estatales. Tanto que llegó a ser designado como país en “default” por las clasificadoras de riesgo internacionales.
Además, Sánchez Cerén dijo que El Salvador se enfrenta también a una crisis en las finanzas públicas. “Las finanzas públicas atraviesan una situación difícil por la falta de un acuerdo integral en materia fiscal con visión de país”, aseveró.
Para el mandatario el logro de un pacto fiscal se basaría en que la oposición en el Congreso permita que su Gobierno se endeude de manera ilimitada, con “carta blanca”, para poder continuar con un programa de gastos estatales irresponsables que han llevado la deuda externa salvadoreña a más del 60% del Producto Interno Bruto (PIB).
El presidente aseguró que “la economía nacional sigue creciendo de manera sostenida en los tres años de mi gestión, ya que en el 2016 crecimos el 2,4% del producto interno bruto (PIB) y los organismos internacionales prevén un crecimiento similar para este 2017″, sin embargo, esas cifras han sido desmentidas por tanques de pensamiento, universidades y el mismo Banco Central de Reserva de El Salvador, que aseguran que el crecimiento económico llegaría apenas al 1.9%.
El Salvador es el país de Centroamérica con el menor crecimiento económico desde 2009, año que el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) tomó las riendas del Gobierno.
Sánchez Cerén hizo especial énfasis en la “inversión social” hecha por el Ejecutivo, que “para mejorar la calidad de vida de la gente (…) ha realizado en estos tres años una histórica inversión social de más de 7 mil millones de dólares”.
Ningún economista o experto financiero ha podido explicar de dónde podrían haber salido un millón 333 mil dólares anuales para semejante gasto, en un país donde la inversión extranjera supera a penas los 300 millones de dólares al año.
Según Sánchez Cerén, garantizar la calidad de vida a los ciudadanos también depende de la seguridad que se le brinde, ámbito en el que radica el mayor logro del último año del Gobierno, según dijo.
El mandatario aseguró que su gestión “va por el rumbo claro y correcto y nuestras apuestas están definidas, por lo que seguiremos trabajando intensamente en la construcción de un El Salvador más productivo, educado y seguro”, lo que provocó burlas por parte de los internautas.
Luego de su intervención ante la Asamblea Legislativa, Sánchez Cerén participó de un acto “popular” en el que el Gobierno gastó decenas de miles de dólares, que se llevó a acabo a las afueras del Congreso, y donde participaron apenas unas 800 personas, que había transportado el Gobierno en algunos buses.
Allí pidió a simpatizantes del partido oficialista, FMLN y a la población en general que defiendan el trabajo que su Gobierno ha realizado en los últimos tres años.
Sánchez Cerén es el mandatario peor evaluado, en los últimos 28 años, por la población salvadoreña.
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