Impulsados por la profunda investigación que ha llevado a la renuncia y prisión del presidente y la vicepresidenta de Guatemala, miles de salvadoreños salieron el sábado a las calles para pedir la creación de una comisión que investigue casos de corrupción en el país.
Al menos dos mil personas realizaron un mitin en las Fuentes Beethoven, en la colonia Escalòn, para pugnar por la creación de un ente similar a la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), pero en El Salvador.
Las investigaciones de la CICIG, organismo apoyado por la ONU, y del Ministerio Público guatemalteco llevaron a finales de agosto a prisión preventiva a la vicepresidenta Roxana Baldetti y a la renuncia el jueves del presidente Otto Pérez Molina.
Las pesquisas apuntan a que Pérez Molina y Baldetti dirigían “La Línea”, un grupo criminal que cobraba sobornos por el paso de mercancías importadas sin pagar los impuestos correspondientes.
“La finalidad de la concentración son dos cosas puntuales: nosotros queremos parar la ola de violencia que tenemos y que se instale una oficina que investigue la corrupción”, dijo a periodistas José Portillo, uno de los organizadores de la movilización, convocada por organizaciones democráticas de la sociedad civil.
“Queremos parar la ola de violencia que está en el país y estamos en contra de la impunidad, pero no tenemos una agenda contra nadie en particular porque respetamos el Estado de derecho y el orden constitucional”, continuò Portillo, representante del movimiento De 5 en 5.
El mismo negó que dicha concentración tuviese como objetivo fustigar al Gobierno y rechazó cualquier vinculo con el partido de oposición Alianza Republicana Nacionalistas (ARENA) como habían señalado voceros del oficialismo en días recientes.
“Traigamos un comisión internacional, investiguemos los últimos 25 años y que se judicialize lo que se pueda”, expuso.
Agregó que “esto no es para juzgar por juzgar” sino para “hacer un borrón y cuenta nueva porque como sociedad necesitamos empezar de nuevo”.
Los participantes, que vestían camisetas blancas con leyendas como “paz” y “No más corruptos”, portaban banderas de El Salvador y carteles en los que se leía “Si Guate (Guatemala)pudo, El Salvador también” y otros que hacían referencia a la enorme espiral de violencia que azota al país.
El gobierno del presidente Salvador Sánchez Cerén ha descartado en reiteradas ocasiones solicitar a la ONU la creación de una comisión similar a la de Guatemala, argumentando que las instituciones salvadoreñas son sólidas y transparentes.
Sin embargo, el ex presidente Francisco Flores, que gobernó el país entre 1999 y 2004, está bajo arresto domiciliario a la espera de una audiencia preliminar por los supuestos delitos de peculado y enriquecimiento ilícito.
De acuerdo con las investigaciones, Flores habría desviado unos 10 millones de dólares a sus cuentas bancarias de un donativo de Taiwán.
Por otra parte, el ex presidente Mauricio Funes Cartagena, del primer gobierno del izquierdista Frente Farabundo Martì para la Liberaciòn Nacional (FMLN), paso de ser un humilde reportero y entrevistador de televisión a llevar un tren de vida millonario, disfrutando de regias mansiones, vehículos de lujo, guardaespaldas y sendos lujos, sin poder explicar el origen de su súbita riqueza.
El Salvador atraviesa una ola de homicidios, en su mayoría atribuida a las violentas pandillas que se disputan el control de las extorsiones y la venta de narcóticos, que mantiene asustada a la población.
La cantidad de homicidios en El Salvador se incrementó un 67,3 por ciento en los primeros ocho meses del año, respecto al mismo periodo del año anterior y marcaron un récord en agosto en 4,246 muertes, de acuerdo a cifras oficiales.
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