Por Malena Recinos Martínez – Periodista
Terremoto grado 8.9 regaló sin envoltorio, la Corte Suprema de Justicia, a través de la Sala de lo Constitucional, a los políticos salvadoreños en general y al Frente Farabundo Martí para la Liberación (FMLN), como Gobierno, como Partido Político y como exguerrilleros.
Comenzó su campaña de odio, de división de clases, de cansancio mental y moral, el ex Presidente Mauricio Funes, es el artífice de muchas cuestiones en este país con sus campañas ‘disque’ de decir verdades que se han vuelto en su contra, pero eso es tema para otro artículo.
No obstante, a pesar de reaccionar como “bomba de tiempo”, pues se toma sus plazos, la Sala de lo Constitucional, “estalló” con todo, dijo ayer 13 de Julio de 2016, fecha que quedará en la historia, que es Inconstitucional, el 13 por ciento de incremento a la tarifa de la energía eléctrica, aprobado por Acuerdo Ejecutivo, léase bien, el Presidente de la República profesor Salvador Sánchez Cerén, se dio el lujo de hacerle de Órgano Legislativo y nos recetó 13 por ciento más de incremento a lo que ya pagamos, y, entraría en vigencia ahora.
Nos salvó la Sala de lo Constitucional, pues impuestos solamente la Asamblea Legislativa tiene la potestad de recetarnos como contribuyentes. 900 millones de dólares, que el Gobierno del FMLN pretendía recetarse con argumentos que son para la ejecución de obras sociales, para mejorar la situación de la población, igual, la Sala de lo Constitucional dijo, es Inconstitucional.
Los magistrados de la Corte de Cuentas de la República, inconstitucionalmente electos, corrijan diputados. Los diputados suplentes, ya no podrán en lo sucesivo, sustituir a los diputados propietarios, es decir se acabó poner votos viciados en el Pleno Legislativo para aprobar lo que conviene a cada interés político. Pero los diputados suplentes no quedan sin trabajo, pues son asesores de los asesores, funcionarios públicos, y nadie dice nada por las dietas que cobran cuando fungen como Propietarios, es doble sueldo señores y millones de jóvenes con necesidad de trabajo y no encuentran oportunidad.
El problema es que como población venimos soportando, como avestruz, impuesto tras impuesto del Gobierno del FMLN, que pregonaba siempre luchar por el pueblo, pero ya tomado el Poder, han buscado sus mejoría como persona, como partido, pero el pueblo sigue peor que antes “de”.
Los salvadoreños soportamos una guerra por más de 12 años, perdimos sangre propia, hijos, hermanos, sobrinos, padres, amigos y decidimos seguir luchando por un mejor futuro sin andar buscando a los culpables, aunque los sigamos viendo en la televisión, en los periódicos y escuchando sus doble moral en la Radio.
Pero como que a los políticos, de izquierda, de derecha, no digo del centro pues no creo en políticos de centro, siempre buscan a quien plegarse, pues ésta Clase política, no ejercita utilizar más neuronas de su cerebro y solamente hacen uso de la que les dicta enriquecerse, tomar ventaja del poder que tienen eventualmente, pues los salvadoreños aunque parecemos no somos tan babosos como los políticos creen, pero entre tanto, hacen de la ciudadanía un merengue.
Ya basta de violencia política, ya basta de persecución política, ya basta de corrupción, ya basta de abusar del Poder, ya basta de doble moral, ya basta de negociar entre políticos, el bienestar, la seguridad y la certidumbre de los salvadoreños.
El Salvador merece ser la Patria con sus cicatrices sin abrir de nuevo, no más sangre derramada por violencia estúpida para mantener un Poder, ya están en el Poder señores, hagan que funcione para bien de todos.
La Sala de lo Constitucional ha enviado todos esos mensajes juntos a la Clase política salvadoreña, y es claro el mensaje, corrijan todos sus equívocos señores del Gobierno y diputados, ya estamos cansados de soportar el circo de cada día, trabajen y seguirán llenando sus arcas con más riqueza pero como fruto de trabajo verdadero, los salvadoreños no merecemos el país que nos dan a diario, abandonen discursos contradictorios con la realidad, ya no nos chupamos el dedo, una estúpida guerra, que al final nos llevó a lo mismo de lo mismo, nos ha dejado cicatrices que no queremos que vuelvan a sangrar, pues todos absolutamente todos los políticos de izquierda y derecha saldrían salpicados.
Cuiden sus techos, señores, son de vidrio y la ciudadanía no quiere tirar piedras a ellos, sencillamente queremos que trabajen sin corrupción y sin doble moral, merecemos llamarnos salvadoreños pero con dignidad.
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