La Fiscalía General de la República (FGR) es una institución independiente de los órganos del Estado, que tiene como fin poner en marcha la actividad jurisdiccional a través del requerimiento procesal cuando de intereses públicos se trata. Sus atribuciones y competencias deben enmarcarse con estricto apego a los derechos fundamentales de los ciudadanos, establecidos en en la Constitución de la República, los Tratados Internacionales y demás leyes.
Su principal función, además de representar los intereses del Estado, es la de promover la acción de la justicia en defensa de la legalidad, de los derechos de los ciudadanos y la de dirigir la investigación del delito y promover su enjuiciamiento. A partir de los enunciados anteriores podemos concluir en que la principal obligación de la FGR es asegurar que los ciudadanos puedan, sin coacción alguna, ejercer sus principios y sus derechos constitucionales, especialmente el de ser considerado inocente hasta ser oído y vencido en juicio con arreglo a las leyes. En este punto, debemos decirlo, la Fiscalía ha venido fallando desde que fue constituido el Ministerio Público en el año de 1952.
En los cientos de miles de requerimientos fiscales presentados a los tribunales del Órgano Judicial, jamás se presentó a un imputado como un ciudadano inocente al que se atribuye posible responsabilidad por la comisión de un hecho delictivo, sino como un culpable al que hay que condenar y es, precisamente por ese afán culpabilidad, que en la judicialización de los casos se cometen errores que llevan a los jueces a la obligación de sobreseer y poner en libertad a los imputados. Lo único que no pueden hacer los jueces es devolver a los acusados su derecho a ser considerados inocentes tal como lo dice la Constitución de la República.
Para muestras un botón: el empresario salvadoreño, Enrique Rais, quien actualmente es procesado por delitos que se le atribuyen en un juicio viciado desde su inicio, tal y como lo han denunciado públicamente sus defensores, con el único fin de entregarlo, inerme y amarrado en una batalla campal donde sus enemigos y competidores lo esperan en una lucha desigual.
En su denuncia, los defensores de Rais demostraron las arbitrariedades cometidas contra su cliente para lograr su detención, demostraron asimismo que la Fiscalía incurrió en graves violaciones a los derechos de sus patrocinados, las falsedades cometidas al mantenerlo detenido en un lugar y tratar de leerle sus derechos en otro, el engaño de hacerlo comparecer con un pretexto a la Fiscalía y ya ahí, someterlo a detención ilegal. A pesar de ello, los defensores aseguran que el Fiscal no se ha dado por aludido.
Ha sido notoria la forma en que la Fiscalía General de República se refiere al empresario Rais y a nueve personas más con quienes es enjuiciado, dando por sentado que es culpable por el simple hecho de no haber permitido que se consumara una injusticia, fraguada desde la Cámara Primera de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia en la que se irrespetó el Principio de Independencia Judicial al dejar sin efecto medidas sustitutivas que se habían otorgado de acuerdo con la ley.
También es notoria la forma en que una juez negó valor probatorio a un expediente con más de 50 experticias realizadas por técnicos especializados en drogas, armas, extorsiones y lavado de dinero de la Policía Nacional Civil (PNC) con el que la Fiscalía pretendía procesar, juzgar y condenar a un ex empleado de Rais, ahora asociado a tradicionales enemigos de Rais como los mafiosos ítalo-canadienses Matteo Pasquale y Franco Paccetti, por disputas meramente mercantiles. Pasquale y Paccetti son buscados por la Interpol y por la Real Policía Montada de Canadá que los ha calificado como peligrosos miembros de la mafia ruso-italiana.
No deja de ser preocupante también, la forma persistente en que un grupo de periodistas asociados a por lo menos tres medios comunicación digital vinculados a otro empresario estén pidiendo a gritos la cabeza de Rais, llorando y gimiendo como si fueran parte en el caso Rais-Martínez.
Estas personas han montado a través del tiempo una serie de leyendas en torno al empresario Enrique Rais, que van desde los tiempos en que el fallecido ex alcalde de San Salvador, Héctor Silva, y los ítalo-canadienses Paccetti y Pasquale, convencieron en 1998 a algunos alcaldes del FMLN para que invirtieran recursos del FODES en un Proyecto de Procesamiento y Tratamiento de Desechos Sólidos dando origen a lo que hoy es MIDES.
El Proyecto, tal como lo planificó el ex alcalde Hector Silva, presentó varias irregularidades, entre ellas el faltante de $5 millones provocando una situación que llevó a que el proyecto de la basura fuera declarado inconstitucional y sus integrantes condenados a pagar sendas multas.
Una Cámara de la Corte de Cuentas condenó a dieciséis alcaldes y ex ediles del FMLN, incluidos Carlos Rivas Zamora, Héctor Silva y Óscar Ortiz, a pagar una multa de $3.7 millones.
La cámara declaró que Mides, una sociedad mixta que crearon en 1998 diez alcaldías gobernadas por el FMLN para construir y manejar el vertedero de basura de Nejapa, era ilegal.
Pero los cargos más graves que se les hicieron es que no se encontraron justificaciones legales para que Mides pagara, a una sociedad controlada por empresarios canadienses acusados, en su país, de pertenecer a un grupo mafioso, $22.8 millones en honorarios profesionales.
Enmedio de ese desbarajuste el empresario Enrique Rais negoció la compra de MIDES y la convirtió en el negocio que es hoy. Silva perdió la reelección como alcalde capitalino y los ítalo-canadienses Paccetti y Pasquale abandonaron el país pero no por mucho tiempo. Al ver el buen negocio en que se convirtió MIDES con la visión empresarial de Rais, la mafia canadiense retornó al país e inició una lucha por recuperar el negocio con el que ellos no pudieron.
Sus antiguos socios les estaban esperando para esa batalla campal de todos contra uno y en la que, hasta ahora, han logrado el respaldo y el apoyo de empresarios de medios de comunicación digital, fiscales y uno que otro juez que mantienen maniatado al empresario Enrique Rais.
¿Sabrá todo esto el Fiscal Douglas Meléndez? Si no lo sabía, ahora ya lo sabe. Esas son la gente con quien en realidad se está enfrentando Rais.