La policía egipcia informó el jueves que arrestó a una empleada de museo y a tres presuntos cómplices por el robo de un brazalete antiguo de oro del Museo Egipcio de El Cairo. La joya fue vendida por unos 4,000 dólares y posteriormente fundida.
Se trataba de un brazalete de 3,000 años de antigüedad, elaborado en oro y decorado con cuentas de lapislázuli, que databa del reinado de Amenemope, faraón de la dinastía XXI de Egipto (1070-945 a.C.).
La pieza inestimable se encontraba bajo llave cuando desapareció, unas semanas antes de que fuera exhibida en Italia. Su ausencia fue reportada el sábado pasado por el personal del museo, al percatarse de que faltaba de una caja fuerte metálica en el laboratorio de conservación, según un comunicado del Ministerio del Interior.
Las investigaciones revelaron que una especialista en restauración del museo sustrajo el brazalete el 9 de septiembre durante su turno. Un comerciante de plata del centro de El Cairo colaboró en la venta: primero lo transfirió a un joyero por 180.000 libras egipcias (3,735 dólares), quien luego lo revendió a un trabajador de una fundición por 194,000 libras (4,025 dólares). Finalmente, el brazalete fue fundido junto con otros restos de oro, señaló el ministerio. Los sospechosos fueron arrestados y confesaron el crimen, de acuerdo con la policía.

Las autoridades difundieron imágenes de cámaras de seguridad en las que se observa cómo un brazalete es intercambiado por un fajo de billetes en una tienda, antes de que el comprador lo corte en dos. Sin embargo, las imágenes borrosas sugieren que la pieza carecía de la característica cuenta de lapislázuli visible en las fotografías oficiales compartidas un día antes.
Medios egipcios habían señalado que la desaparición se detectó durante un inventario previo a la exposición Tesoros de los Faraones, programada en Roma el próximo mes.
Según la legislación egipcia, robar antigüedades con intención de contrabando se castiga con cadena perpetua y una multa de entre 1 y 5 millones de libras egipcias (unos 20.000 a 100.000 dólares). Además, dañar o desfigurar piezas históricas puede implicar hasta siete años de prisión y una sanción de hasta 1 millón de libras.
El egiptólogo Jean Guillaume Olette-Pelletier explicó a AFP que el brazalete fue hallado en Tanis, en el delta oriental del Nilo, durante excavaciones en la tumba del rey Psusenes I. Allí había sido reenterrado Amenemope tras el saqueo de su sepulcro original.“No es el más bello, pero científicamente es uno de los más interesantes”, comentó el experto, que trabajó en Tanis. Aunque de diseño sencillo, estaba fabricado con una aleación de oro especialmente concebida para resistir la deformación.
En la cosmovisión egipcia, el oro simbolizaba la “carne de los dioses”, mientras que el lapislázuli —importado de lo que hoy es Afganistán— evocaba su cabello.

Robos en instituciones culturales
Egipto ha sufrido en el pasado robos de alto perfil. La pintura Flores de amapola de Vincent van Gogh, valorada en 55 millones de dólares, fue sustraída de un museo de El Cairo en 1977, recuperada una década después y robada nuevamente en 2010. Hasta hoy permanece desaparecida.
El mes pasado, un egipcio fue condenado en Estados Unidos a seis meses de prisión por intentar introducir en el mercado internacional cerca de 600 piezas saqueadas.
Tras la revolución de 2011, saqueadores aprovecharon el caos para asaltar museos y yacimientos arqueológicos, provocando que miles de objetos robados reaparecieran después en colecciones privadas en distintas partes del mundo.
El robo en el Museo Egipcio de la plaza Tahrir —uno de los más antiguos del país— ocurre pocas semanas antes de la esperada apertura, el próximo 1 de noviembre, del nuevo Gran Museo Egipcio. Este ambicioso proyecto cultural, situado junto a las pirámides de Guiza, lleva años en preparación y busca convertirse en un referente mundial para la preservación y exhibición del patrimonio faraónico.
Con información de AFP