Retando al Presidente

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Por Mauricio Eduardo Colorado.-

El asesinato del guardaespaldas de la hija del presidente de la república, no es un simple asesinato más, en esta vorágine de violencia que reina en el país. Este asesinato, que indudablemente causa tanto pesar entre los familiares del occiso, como cualquier deceso en cualquier familia, lleva un mensaje tenebroso, que los salvadoreños debemos saber interpretar.

A nuestro modo de ver y debido a que no era un asalto –porque no robaron nada, ni siquiera el arma de la víctima- se puede deducir que el crimen cometido tiene otro objetivo, que debemos comprender, para tener más claro la situación y los incrementados riesgos en que estamos viviendo, para tomar las debidas precauciones y protegernos con las medidas convenientes para nuestra seguridad.

A mi personal manera de ver, las pandillas han tomado control del país, hasta el grado de retar al presidente, que representa al estado, como para expresar: ” Tenemos poder para atacar hasta a las escoltas presidenciales, y no nos hacen nada …” Para el presidente es un reto que debe atender, porque se pone en entredicho la capacidad presidencial para proteger a su familia, (lo más sagrado que una persona puede tener),  y ya no digamos la seguridad de todas las familias y personas que estamos radicados en este territorio.

No debemos caer en una simpleza de pensar que fue un acto de violencia más, o un simple asesinato más, porque las circunstancias del caso ameritan una respuesta seria, de parte del ofendido.

Entiendo que las autoridades encargadas de la seguridad del país, comprenden lo  grave de este asunto, y deben poner suma atención a lo que ocurre y buscar una solución. No sería despreciable la idea de consultar con el “defensor del pueblo”, el Procurador para los Derechos Humanos, para que nos proporcionara una solución al eternizado problema de la seguridad de la población, sin que las autoridades se vean acosados por las acciones que se tomen como respuesta a estos hechos que ponen en entredicho la seguridad de todos.

Debe tomarse en cuenta que ya se habla de la reacción de los particulares para protegerse de la delincuencia. Nos hemos enterado de que aparecen cadáveres con rótulos como “Esto les pasa por pandillero” o frases similares, lo que hace presumir que en algunos lugares ya operan escuadrones de la muerte, que aunque intenten dar alivio a la población,  no dejan de ser ilegales, y si se dejan proliferar, serán otro problema para El Salvador que se sumará a los tantos que ya existen. Las autoridades del tema  seguridad, no deberían dejar de consultar con especialistas en la materia, -sean de la ideología  que sean-.

Quienes ya han pasado por experiencias similares y han logrado éxito en su cometido, son consultores obligados para resolver el grave problema. Ignoramos si el informe Giulliani, del ex alcalde de Nueva York ha sido utilizado en El Salvador, o si ha sido totalmente descartado porque procede de una entidad privada (ideológicamente adversario del gobierno del FMLN), pero es obligatorio recurrir a todas y cualquiera fuentes para combatir este problema.

Sea cual sea la visión política para el gobierno en el próximo evento electoral, relativamente lejano, el gobierno debe considerar que el tema seguridad, pesará mucho en el votante, y que por mas  que se haga propaganda, la gente vive y sufre en carne propia los efectos de estos desalmados criminales, que su trabajo es  acosar a la gente trabajadora para obtener recursos de manera fácil.

El presidente Sánchez Cerén, tiene por ahora, la palabra.