REFLEXIONES POLITICAS RELIGIOSAS DE FIN DE AÑO

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Por Mauricio Eduardo Colorado. ( ex fiscal general de la República).-En el mundo occidental, al final del año es costumbre la celebración de la Navidad y la llegada del año nuevo.

La navidad, conmemora el nacimiento de Jesús en el pueblo de Belén, en cumplimiento de la promesa del Padre eterno a los iniciadores de la raza humana, Adán y Eva, quienes habían perdido el paraíso terrenal.

El advenimiento del Salvador del mundo es la mayor fiesta de las religiones porque significa la redención de la humanidad perdida; sin embargo, años después, aparece Mahoma, creando la religión Musulmana, resumida en la frase “Ala es Dios y Mahoma su profeta”, que desconoce a Jesucristo como deidad, y en versiones extremas incluso proclaman el exterminio de los cristianos, para obtener la salvación.

Tiempos atrás, se han dado luchas feroces con motivos religiosos que han dejado huellas históricas tal como fueron las cruzadas, que pretendieron recuperar para el cristianismo los llamados santos lugares, es decir los lugares donde nació y vivió Jesucristo.

Finalmente, pactos inteligentes lograron acuerdos que permitieron la coexistencia pacífica de todas las religiones sin violencia, respetándose sus creencias.

El tema ha cobrado vigencia en nuestro país en el momento actual, ante la posibilidad de que un aspirante a la presidencia que se declara no practicante religioso, pero que es hijo del imán fallecido de la iglesia musulmana de El Salvador.

No nos interesa en este espacio ni en esta ocasión referirnos a los personajes que integran el conglomerado que rodea al aspirante al solio presidencial, ni a las capacidades de éste para desarrollar con habilidad el cargo, sino el contraste que tendríamos para el caso de que su pretensión fuera –como está sucediendo en Europa- una invasión política religiosa cambiando el estatus político tradicional de las naciones europeas.

Muchos feligreses cristianos, católicos y evangélicos, aún no han caído en la cuenta del fondo de la intención del candidato que no mandó felicitaciones en ocasión de la fiesta de navidad a los votantes del tres de febrero, porque para él y sus cofrades, tal festividad no tiene ningún sentido. Algo así, como cuando el otro partido se declaraba ateo, hasta que alguien se percató que la figura de monseñor Romero – ahora Santo Declarado- generaba votos, y era muy conveniente asimilarlo a su favor, por pura conveniencia, aunque no por convicción.

Estamos a un paso de llegar a Enero, el último mes de campaña en donde saldrán a la luz las últimas triquiñuelas y suciedades de los especialistas en desprestigiar el honor de la gente respetable y construir imágenes falsas de deshonor de gente respetable, todo con el fin de obtener votos a favor de quienes desean gobernar sin tener las capacidades ni condiciones para ello.

El votante debe reflexionar a fondo y en serio, porque los próximos cinco años pueden definir el futuro de El Salvador. Hace diez años se le ofreció  EL CAMBIO, y qué tenemos ahora? El cambio de fortuna pero sólo para algunos dirigentes. Veamos hacia Venezuela y Nicaragua, y tendremos un espejo que nos trasladará al futuro que no quisiéramos para nuestro país. Estamos a tiempo para tomar las decisiones oportunas para salvar a nuestra patria. Ni ideologías políticas desfasadas, ni religiones extremas. Solo El Salvador.