Hablamos de recesión cuando la economía se contrae. La fortaleza económica suele medirse en función de la evolución del Producto Interno Bruto (PIB). El PIB indica el valor de todos los servicios y bienes producidos en un periodo determinado. Para entender una recesión, ayuda observar los ciclos de la actividad económica.
El desarrollo económico puede describirse en ciclos coyunturales recurrentes. Se supone que el desarrollo tiene lugar en fases periódicas: tras una expansión de la economía, se produce un auge, seguido de un descenso (recesión), que desemboca en una depresión. El ciclo vuelve a empezar. Las fases individuales pueden variar en duración. En total, un ciclo económico de este tipo puede completarse en 3 años, pero también en 60 años.
¿Por qué se suceden estas fases?
Fase ascendente (expansión), en la que la economía crece. Aumentan la producción y el empleo, y desciende la tasa de desempleo. Las empresas y los consumidores son optimistas, invierten más o gastan dinero en consumo. A su vez, el aumento de la demanda incrementa la producción, se contrata a más gente, etc. Esta fase suele caracterizarse por las innovaciones, pueden establecerse nuevas tecnologías y surgen mercados.
Sucede que, en un momento dado, llega la fase de auge, en la que la economía se encuentra en el punto álgido del ciclo económico. Es cuando las capacidades de producción de las empresas se utilizan al máximo. Para satisfacer la demanda, las empresas tienen que construir nuevas plantas.
Estas inversiones provocan una subida de los precios: aumenta la inflación. En esta fase aparecen signos de recalentamiento. El banco central puede subir los tipos de interés para enfriar la economía. En el mercado laboral, los salarios suben debido a la gran demanda de trabajadores. Pero, a su vez, los salarios más altos y los tipos de interés más altos también provocan costos más elevados para las empresas, lo que restringe su margen de inversión.
En la fase descendente (o de recesión), el crecimiento económico se ralentiza o incluso se vuelve negativo. No todos los consumidores pueden pagar los precios más altos y se consume menos. En esta fase, la inversión y el consumo disminuyen. Las existencias se llenan en exceso. Algunas empresas tienen que cerrar. El desempleo vuelve a aumentar. El aumento de la incertidumbre disminuye la confianza de los consumidores, lo que frena aún más la actividad económica.

En el punto bajo (de depresión), baja la actividad económica. El desempleo es alto y la producción baja. La bajada de los precios y de los tipos de interés pueden estimular la inversión y el consumo, lo que revitaliza lentamente la economía.
Oficialmente, la llamada recesión técnica se produce cuando el PIB cae en dos trimestres consecutivos en comparación con los respectivos trimestres anteriores.Una recesión es, por tanto, una de las cuatro fases que puede atravesar el ciclo económico de una economía.
¿Cuáles son las causas de una recesión?
Una recesión forma parte del ciclo económico. Sin embargo, también puede ser desencadenada por los llamados choques externos. Por ejemplo, una guerra, un virus que se propaga por todo el mundo, pero también cuando un socio comercial importante introduce aranceles elevados.
¿Qué tipos de recesión existen?
Se distingue entre recesión técnica y recesión económica. Si el PIB se contrae durante dos trimestres consecutivos, se habla de recesión técnica. Si el PIB se contrae durante un periodo más largo, se denomina recesión económica.
¿Cuáles son los remedios para una recesión?
Para evitar que la economía entre en recesión o para que la fase de recesión sea lo más breve posible, el Estado suele tomar el dinero, invirtiendo en infraestructuras o educación, por ejemplo, lo que crea pedidos para las empresas.
De este modo, el Estado crea una demanda adicional. El Estado también puede reducir los impuestos para aliviar la carga de los ciudadanos.
¿Cuáles son las oportunidades en una recesión?
La recesión no suena deseable a primera vista. Sin embargo, también puede poner en marcha desarrollos positivos. Por ejemplo, incentiva a las empresas a examinar sus propias estructuras en busca de eficiencia, revisar los modelos de negocio existentes y desmantelar las estructuras superfluas.
El economista Joseph Schumpeter ya opinaba a mediados del siglo XX que una recesión expulsa del mercado productos y servicios obsoletos y no innovadores y, por tanto, desplaza la cuota de mercado a favor de productos y servicios innovadores y de mayor valor.
Si una recesión está provocada por choques externos, esto podría impulsar el desarrollo de innovaciones. Por ejemplo, la pandemia de coronavirus ha llevado al desarrollo de nuevas vacunas basadas en procesos completamente nuevos.
Por Insa Wrede -DW-