Diario Universal/ diariolatino.net.- El historiador inglés Lord Acton decía que el poder tiende a corromper. Al ostentar un cargo como servidor público, el manejo de emociones y control de impulsos forman una parte esencial para desempeñar de manera adecuada el puesto y de ese modo evitar el ser corrompido.
El año del 2018 estará marcado por un periodo electoral y conocer cómo debe ser el perfil psicológico adecuado de una persona que aspira a un cargo de poder es la clave para elegir a las personas adecuadas, así lo señala Alfonso Andrés Fernández Medina, psicólogo clínico y conductual de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Entre las características que debe tener una persona que aspira a un cargo de poder es la empatía y la tolerancia a la frustración, sostiene Fernández Medina.
Alfonso Andrés considera que personas con trastornos psicológicos como los obsesivos compulsivos, con trastornos de personalidad múltiple u otro padecimiento mental, no deben estar en un cargo de poder político, “pueden estar capacitado para desempeñar su cargo, pero al perder la dimensión de la situación ya no se toma en cuenta la opinión de las demás personas”, advierte el especialista.
Para el psicólogo, el político Javier Duarte es un claro ejemplo de una persona que puede presentar trastornos psicológicos, “la mirada perdida, la falta de jerarquía de valores es algo muy visible en Duarte, su conducta y respuesta a sus actos no muestra culpa o sentido de asumir su responsabilidad, se debe hacer un diagnostico más a fondo para determinar que tipo de trastorno presenta”.
La inteligencia es un factor determinante que también debe tener una persona que aspira a un cargo político. El coeficiente intelectual de una persona se nota en el nivel del discurso político y la manera en cómo se logra controlar o cómo logra evadir las circunstancias que afronte un político.
“La capacidad de la resolución de conflictos es lo que debe tener cualquier persona que quiera ostentar un cargo de poder. La resiliencia es una cualidad que debe de tener todo funcionario público ”, concluye Fernández Medina.
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