El torero español permaneció una hora en la enfermería antes de ser trasladado a Mont de Marsan, Francia.
“Que se den prisa en llevarme al hospital que me estoy muriendo”, fueron las últimas palabras del torero Ivan Fandiño , dirigidas a uno de sus compañeros de cartel, el diestro francés Thomas Dufau, cuando era conducido a la enfermería. A pesar de este ruego, el herido estuvo más de una hora en la plaza, y no fue trasladado a un centro sanitario de Mont de Marsan hasta que finalizó la corrida.
Fandiño falleció a consecuencia de una gravísima cornada inferida por un toro de la ganadería de Baltasar Ibán en la ciudad francesa de Aire Sur L’Adour. Pese a que logró levantarse, el toro le siguió, volvió a derribarlo y fue en ese momento cuando le metió el cuerno por el costado derecho.
La cornada, de 15 centímetros, afectó a órganos vitales, entre ellos el pulmón, según indicaron a periodistas fuentes oficiales.
Después del festejo fue trasladado en ambulancia para recorrer los 33 kilómetros que separan las ciudades francesas de Aire Sur L’Adour y Mont de Marsan, pero Fandiño entró en el hospital “clínicamente muerto”, según declaraciones al mismo diario del cirujano que lo asistió en el hospital Layné.
Con la muerte de Iván Fandiño, son dos los toreros fallecidos a consecuencia de una cornada en lo que va de siglo después de la de Víctor Barrio, que hace un año perdió también la vida en la plaza de toros de Teruel.
Los Reyes de España expresaron sus condolencias por el fallecimiento y definieron a Fandiño como una “gran figura del toreo”. En un mensaje en Twitter, Felipe y Letizia expresan su “sentido homenaje y nuestro recuerdo para Iván Fandiño”.