Pekín se vengará de Estados Unidos si Trump rompe con la política «de una sola china»

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Horas después de que la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, se reuniera el domingo en el aeropuerto de Houston con el gobernador de Texas, Greg Abbott, y el senador republicano Ted Cruz durante una escala camino de Centroamérica, China ha vuelto a protestar enérgicamente.

Mientras el Ministerio de Exteriores se ha opuesto este lunes a dichos encuentros, el periódico «Global Times» (altavoz del Partido Comunista) ha advertido de que Pekín se vengará si el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, rompe la «política de una sola China».

Así se conoce al principio que el autoritario régimen de Pekín obliga a suscribir a los países con los que mantiene relaciones diplomáticas, que no pueden reconocer por tanto a Taiwán, la isla que permanece separada de China desde el final de la guerra civil (1945-49). Con 23 millones de habitantes, Taiwán es un país independiente «de facto» y cuenta con su propio Gobierno elegido democráticamente y su Ejército, pero solo es reconocido por 21 pequeños Estados del mundo y Pekín reclama su soberanía como si fuera una provincia china.

«Si Trump reniega de la ˝política de una sola China” tras tomar posesión, el pueblo chino le pedirá al Gobierno que se vengue. No hay margen para negociar», advierte muy seriamente un editorial del «Global Times», que amenaza incluso con represalias diplomáticas, económicas y militares.

«También se debería imponer la presión militar y forzarla hasta el límite de la reunificación por la fuerza, afectando así al índice de aprobación del Gobierno de Tsai», recomienda el artículo, que previene a la presidenta taiwanesa de «enfrentarse a las consecuencias de sus provocaciones».

A tenor de este periódico, controlado por la propaganda del régimen, «adherirse al ˝principio de una sola China” no es una petición caprichosa a los presidentes de EE.UU., sino la obligación que estos tienen para mantener las relaciones bilaterales y respetar el orden existente en Asia- Pacífico».

Por su parte, el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Lu Kang, se opuso «firmemente a que los líderes de la región de Taiwán, en base a las denominadas visitas de tránsito, tengan cualquier forma de contacto con los funcionarios de EE.UU. y se impliquen en actividades que interfieren en las relaciones bilaterales», informa la agencia Reuters.

Esta escala de la presidenta Tsai en el aeropuerto de Houston, camino de su gira de esta semana por Centroamérica, ha levantado en China tantas ampollas como la charla telefónica que mantuvo hace un mes con el presidente electo de EE.UU., Donald Trump. Rompiendo una norma de la política exterior estadounidense, este informó oficialmente de su conversación con la presidenta de Taiwán, un país con el que Washington no tiene relaciones diplomáticas, pero al que apoya militar y económicamente como uno de sus principales aliados en Asia.

Pekín, irritada por una foto

Tal y como mostraba una foto difundida en Twitter por el gobernador de Texas, Greg Abbott, su encuentro con la presidenta Tsai tuvo lugar en torno a una pequeña mesa adornada por la banderas de EE.UU., de dicho Estado de la Unión y Taiwán, lo que ha irritado a China.

Además, Tsai habló por teléfono con el senador John McCain, quien dirige el Comité de Fuerzas Armadas, y se reunió con el también republicano Ted Cruz. «La República Popular China debe entender que en América tomamos por nosotros mismos nuestras decisiones sobre nuestras reuniones con nuestros invitados», respondió Cruz en un comunicado a las críticas de Pekín. Además, el senador recordó que Taiwán es «un aliado al que legalmente tenemos la obligación de defender», como estableció el Congreso estadounidense después de que la Casa Blanca cambiara sus lazos diplomáticos con Taipéi por China continental en 1979.

En lo que Pekín ya ha bautizado como «diplomacia de tránsito», la presidenta Tsai volverá a hacer escala en EE.UU. al término de su gira por Centroamérica, donde esta semana visita algunos de los pocos aliados que todavía le quedan en el mundo: Honduras, Nicaragua, Guatemala y El Salvador.