Por Mauricio Eduardo Colorado.- De alguna manera los salvadoreños han “arreglado” el problema de las pensiones, para satisfacción de los jubilados. Es obvio que no todos quedarán satisfechos porque los dineros que se repartirán entre los beneficiarios, siempre serán menores a lo que se requiere para cumplir con las necesidades de la canasta básica, la cual querámoslo o no, siempre será más cara que lo pasado, porque los precios de los productos, tienen una tendencia alcista.
La aparente solución o acuerdo político para superar el tema de las pensiones ha traído a loa mayoría de los salvadoreños un refrescante alivio, y ha producido una esperanza de que el problema fiscal será resuelto aprovechando el entusiasmo que produce la solución de los jubilados. Buen momento para empujar a los políticos a intentar la solución de las finanzas salvadoreñas. Pero los políticos de El Salvador, deben tener en cuenta que las inflexibles leyes de la economía no se pueden modificar por decreto: Si el gasto es mayor que el ingreso, siempre el resultado será deficitario. Y pensar que el déficit se solucionará con préstamos, o elevando o creando impuestos, no deja de ser una ilusión, que a la larga empobrece más a algún sector de la población.
Las soluciones que plantean las teorías socialistas no han logrado durante todo el tiempo de su existencia, solucionar la pobreza de los pueblos sometidos a tales prácticas socialistas. La realidad objetiva que salta a la vista es que solo la dirigencia o cúpula de esos gobiernos, han saboreado las mieles del socialismo.
Leyes teóricas que pretenden abaratar los precios de los productos decretando baja de precios obligatoriamente, no producen los efectos deseados, porque nadie puede trabajar cualquier negocio con pérdidas. La frase “Dios proveerá…” será aceptable en grupos sociales religiosos, pero aplicarla a políticas sociales, es muy diferente, porque una empresa quebrada económicamente, simplemente desaparece, juntamente con los empleos y comercio del rubro que desarrollaba la empresa.
Nos preocupa oír que dirigentes políticos, insistan en afirmar que países con serios problemas sociales por falta de productos de consumo popular, sean la guía a seguir por nuestro gobierno. Cuba y Venezuela, con crisis permanentes en sus comunidades sociales, no pueden ser guías ni modelos de gobierno.
El absurdo más grande es que muchos migrantes que declaran irse por mejorar sus condiciones de vida, buscan como destino el país “imperialista” al que critican y combaten políticamente, y queman sus símbolos patrios, acá y en su país de destino, pero hasta ahora no buscan emigrar hacia los paraísos que dicen crean los socialistas de siempre, incluyendo los llamados del siglo XXI.
La misma China llamada antes “comunista” está tomando un rumbo capitalista que logra sacar a cientos de miles de súbditos de una pobreza extrema a una situación de mejoría. presupuesto recientemente presentado a la Asamblea, parece tener un déficit de más de 500 millones de dólares, que se espera solucionar en el transcurso de 2018, a manera de Dios proveerá, no deja de ser una irresponsabilidad o temeridad, que ni siquiera los países del primer mundo cometen, especialmente porque la tendencia tributaria nuestra es de incrementar el endeudamiento público. A veces pensamos si alguien en este gobierno sabe hacia dónde nos llevan, Las diferencias serias que han aparecido entre el señor alcalde y la cúpula del partido gobernante, es una de las varias señales de que la cosa no anda bien. Por El Salvador, que todos debemos reflexionar para encontrar soluciones que eviten la marcada quiebra a la que se dirigen las finanzas de la nación.
