Una onda tropical ubicada frente a las costas del Pacífico centroamericano mantiene en alerta a la región, según informes de los servicios meteorológicos nacionales y el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés). El fenómeno, que avanza con dirección oeste-noroeste, podría intensificarse en las próximas 48 horas y generar lluvias de moderadas a fuertes en El Salvador, Honduras, Nicaragua y Guatemala.
El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) advirtió que la onda tropical podría interactuar con una baja presión localizada en el Pacífico, lo que aumentaría la posibilidad de tormentas eléctricas y ráfagas de viento. Las zonas más vulnerables son la franja costera, la cordillera volcánica y los departamentos occidentales, donde el terreno saturado incrementa el riesgo de deslizamientos.
Protección Civil informó que se mantienen en “estado de apresto” las comisiones departamentales y municipales de emergencias. “Se ha instruido a la población mantenerse informada a través de medios oficiales y evitar exponerse en áreas propensas a inundaciones”, señaló el director general, Luis Amaya.
En Honduras y Nicaragua, los organismos de socorro también han activado protocolos de prevención ante posibles crecidas de ríos y desbordamientos en zonas bajas.
Las autoridades reiteraron las siguientes medidas:
- Evitar cruzar ríos o quebradas durante las lluvias.
- No permanecer en laderas inestables ni en áreas de alta pendiente.
- Atender las indicaciones de evacuación en caso de emergencia.
- Mantener reservas de agua potable y alimentos no perecederos.
La temporada de huracanes en el Atlántico y el Pacífico se encuentra en su punto más activo entre septiembre y octubre. Expertos advierten que el cambio climático está intensificando la frecuencia y severidad de estos fenómenos, lo que exige mayor preparación comunitaria y fortalecimiento de los sistemas de alerta temprana.
Mientras se mantiene la vigilancia meteorológica, Centroamérica enfrenta nuevamente el desafío de equilibrar la prevención y la respuesta rápida para proteger a las comunidades más vulnerables frente a un posible temporal.