Por considerar en peligro a Mauricio Funes y en un discurso a lo miss Universo: “por luchar en pro de la democracia, la paz, la justicia y los derechos humanos” y por su filiación política en El Salvador, el gobierno nicaragüense concedió asilo político al ex presidente salvadoreño, a su compañera sentimental y a tres de sus cinco hijos conocidos.
El asilo, que fue solicitado el 1 de septiembre y concedido el 2 del mismo mes, de manera express.
En su cuenta de Twitter, Funes escribió que decidió pedir asilo el 31 de agosto “después de constatar la persecución política (supuesta) que se inicia en mi contra”, justo cuando la Corte Suprema de Justicia (CSJ) ordenó a Casa Presidencial divulgar la lista de viajes, oficiales y privados, que hizo Funes durante su mandato con fondos públicos.
Mauricio Funes, que llegó al poder postulado por el izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), enfrenta un juicio por enriquecimiento ilícito, corrupción y varios otros delitos, incluyendo el de peculado. La Fiscalía también mantiene abierta una investigación relacionada con otros delitos durante su gobierno, de 2009 a 2014.
El ex mandatario, sin embargo, negó que su solicitud sea una manera de evadir la justicia. “El asilo sólo busca garantizar protección frente a la persecución”, dijo en su Twitter. “No he renunciado a enfrentar el proceso judicial ni a probar mi inocencia”, siempre y cuanto este alejado de la mano de la justicia.
“Tengo fundadas razones para asegurar que existe un plan de atentados de la extrema derecha en mi contra. Por eso solicité asilo y protección”, añadió por la misma vía.
Funes fue el primer mandatario de un partido de izquierdas que gobernó El Salvador tras la guerra civil. El FMLN, que se mantiene en el poder actualmente, surgió de la antigua guerrilla salvadoreña, es decir de orígenes similares al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) del presidente nicaragüense Daniel Ortega.
De hecho, aparentemente Ortega, un ex guerrillero, tendría más afinidad política con su actual homólogo salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, quien también luchó en la guerra interna antes de llegar al gobierno por la vía electoral, por lo que algunos analistas creen que Ortega mantendrá alejado a Funes para evitar incomodidades no deseadas al actual mandatario salvadoreño.
Funes, entre otras cosas, es cuestionado durante su mandato debido a que facilitó una tregua con las temibles pandillas pandillas -causantes de la enorme violencia que sufre El Salvador. Su gobierno siempre negó que avalara el diálogo con las pandillas o maras pero diversos funcionarios lo confirmaron y sus autoridades permitieron que mediadores se encontrara con pandilleros dentro y fuera de las prisiones.
Funes está en la mira por presuntos delitos de corrupción desde el pasado mes de agosto, la Fiscalía general de la república allanó varias viviendas y negocios para buscar evidencias relacionadas con “delitos de peculado, negociaciones ilícitas, malversación, enriquecimiento ilícito y tráfico de influencias” durante su ejecutivo, encontrando pruebas que suman ya cifras con seis ceros.
Al margen, Funes está siendo procesado en otro tribunal por el presunto delito de enriquecimiento ilícito y, según las investigaciones de la Sección de Probidad de la Corte Suprema de Justicia, el exmandatario y su familia deberán justificar el origen de 728.329,74 dólares. La demanda incluye a la ex primera dama y actual secretaria de Inclusión Social, Vanda Pignato, y a uno de sus hijos de otro matrimonio, Diego Roberto Funes Cañas.
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