El aparecimiento de cadáveres “encostalados” o envueltos en sábanas en distintos lugares del país son un claro mensaje de que la cantidad de muertos por violencia criminal es distinta a la dicen las autoridades.
Solo el pasado domingo fueron localizados los cadáveres de tres hombres en distintos puntos de los departamentos de San Miguel, La Unión y San Salvador pero en el transcurso de la semana otros casos semejantes fueron reportados en el kilómetro 3 y medio de la conocida como Carretera de Oro, en el sector de Ciudad Delgado, San Salvador.
Un cadáver más, el de un hombre no identificado, fue hallado en un saco de nylón a la orilla de la carretera a San Alejo, La Unión. El bulto sospechoso encontrado por personas que residen en el cantón Los Naranjos del referido municipio.
Los crímenes cuya característica es la de que los cuerpos aparecen “encostalados”o envueltos en sábanas y lanzados en cunetas o lugares apartados, reflejan por lo general la presencia del crimen organizado con obvios mensajes a personas o grupos determinados.
A pesar de que las pandillas han adoptado medios de lucha de enfrentamiento armado con la policía y ejército, las fuentes policiales dan por hecho que la cifra de asesinatos en el país ha bajado a cifras muy por debajo de las que se producían hace un año.
Especialistas aseguran que esa estrategia de “encostalar” o envolver en sábanas, para luego lanzar a las víctimas, puede estar siendo utilizadas tanto por las pandillas como por sicarios o grupos de exterminio que se han anunciado en los medios recientemente. Uno de estos grupos fue denunciado hace varios años en la zona oriental del país y conocido como “La Sombra” pero se desconoce los resultados de la investigación realizada por la Fiscalía General de la República. En todo caso el mensaje anuncia que, lejos de reducirse el número de muertos por violencia criminal, debemos estar a la espera todo lo contrario, especialmente en la medida que se acercan las elecciones de alcaldes y diputados.