Un migrante salvadoreño, identificado como Norlan Guzmán Fuentes, de 37 años, perdió la vida tras un ataque armado en un centro de detención de inmigrantes del ICE en Texas, según confirmaron autoridades locales y activistas pro-migrantes.
El hecho ocurrió en el Centro de Procesamiento de Conroe, al norte de Houston, cuando un hombre armado abrió fuego contra las instalaciones, dejando al menos un muerto y cinco heridos, entre ellos otros dos migrantes de origen centroamericano.
De acuerdo con la oficina del alguacil del condado de Montgomery, el atacante fue detenido minutos después del tiroteo. Aunque las autoridades no han revelado los motivos del hecho, organizaciones de derechos humanos no descartan que se trate de un acto de odio vinculado al clima antiinmigrante que se vive en varias zonas de Estados Unidos.
“Estamos consternados por la muerte de un joven salvadoreño que solo buscaba una vida mejor. Este ataque refleja los riesgos que enfrentan nuestros compatriotas en centros de detención donde deberían estar protegidos”, declaró María López, directora de la organización Salvadorans United in Texas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador informó que su red consular en Houston ya se encuentra en contacto con las autoridades estadounidenses para verificar la identidad de la víctima y brindar asistencia a sus familiares.
“El Gobierno de El Salvador condena este acto de violencia y dará acompañamiento a la familia del compatriota fallecido”, señaló la Cancillería en un breve comunicado.
El ataque reaviva el debate sobre las condiciones de seguridad en los centros de detención para migrantes en EE.UU, frecuentemente denunciados por hacinamiento, deficiencias médicas y trato inhumano.
Abogados migratorios recordaron que el centro de Conroe había sido señalado en 2023 por organizaciones civiles tras denuncias de maltrato contra detenidos. “Lo sucedido hoy demuestra que el sistema no solo vulnera derechos, sino que también expone a los migrantes a situaciones de extremo peligro”, afirmó el abogado José Antonio Mejía, radicado en Houston.
Guzmán había emigrado hace menos de un año desde Usulután, buscando mejores oportunidades laborales. Su familia en El Salvador manifestó estar a la espera de la repatriación del cuerpo y exigió justicia para esclarecer el ataque.
Mientras las investigaciones continúan, el caso se suma a una larga lista de tragedias que golpean a la diáspora salvadoreña en Estados Unidos, donde miles de compatriotas enfrentan a diario un camino marcado por la incertidumbre, la criminalización y la violencia.