Hasta la medianoche de este 31 de mayo fueron reportadas 628 personas fallecidas principalmente debido a la violencia criminal imperante en El Salvador.
Una simple operación aritmética demuestra que por lo menos 21 fueron las personas asesinadas diariamente en el que se ha dado en llamar uno de los meses más violentos en lo que va de la era post-guerra.
Sin embargo al presidente Salvador Sánchez Cerén no pareció importarle la gravedad de esa situación.
En sus redes sociales el mandatario dijo que “La inseguridad es un tema complejo, no se resuelve de la noche a la mañana, requiere participación de todos los sectores de la sociedad”.
La Policía Nacional Civil (PNC) aseguró que en la zona oriental del país los hechos criminales se redujeron considerablemente a partir de los patrullajes conjuntos los batallones especiales del ejército y que al menos durante tres días del mes no habían ocurrido crímenes.
Las pandillas desmintieron al sub Director de la Institución asegurando que la disminución de asesinatos los días 22,23 y 24 de mayo fue debido a un acto de “buena voluntad” de las pandillas por los actos de beatificación de Monseñor Romero.
El arzobispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez, también restó importancia a las cifras de asesinatos asegurando que estas son engañosas, pues hace falta determinar quiénes mueren por rencillas entre pandillas, quiénes son asesinados por tráfico de drogas, así como cuántas personas son asesinadas sin estar vinculadas a a las pandillas.
