La opinión pública nacional e internacional se ha visto estremecida estos últimos días después que una red internacional de periodistas filtrara lo que ya todos sabíamos sobre los famosos paraísos fiscales.
Las noticias relacionadas con el denominado caso “PANAMA PAPERS”, o papeles de Panamá, contenidas en más de 11.4 millones de documentos con información acerca de Sociedades OffShore radicadas en la República de Panamá, involucrando a personajes públicos nacionales e internacionales de la política, empresarios, gente relacionada con el espectáculo y con el deporte, serán por mucho tiempo el molino al cual todo mundo querrá llevar agua para atacar a sus adversarios o enemigos, especialmente si estos son políticos.
Sabemos que constituir empresas offshore no significa cometer delito alguno por lo que todo aquel que aparezca relacionado con estas no es precisamente un delincuente sin embargo sí será suficiente para que los órganos investigadores de los países abrumados por la corrupción, el narcotráfico, el lavado de dinero y otros activos y el enriquecimiento ilícito, dispongan de una base de datos que les permita enjuiciar en sus países a los funcionarios corruptos que derrochan en el exterior el dinero que roban a sus pueblos.
También servirá, indudablemente, para controlar a aquellos empresarios que evaden o eluden de manera dolosa el pago de los impuestos que tanta falta hacen para desarrollo de sus naciones.
Solo es cosa de que los países afectados por la falta de transparencia y la corrupción legislen de manera que se pueda dar carácter probatorio a los documentos (11.4 millones) ya que mientras estos no dejen de ser producto de una filtración ilegal no producirán ningún tipo de valoración jurídica.
Podrán tumbar presidentes y ministros por su efecto mediático pero nunca irán a la cárcel como sería lo deseable.
En este sentido, nos parece oportuno y necesario que las autoridades prevengan a la ciudadanía brindando la información técnica y académica básica que le permita, en primer término, comprender y analizar con facilidad el significado y naturaleza de los delitos de enriquecimiento ilícito y del lavado de dinero y otros activos así como su contexto jurídico penal y en segundo término una información amplia sobre lo que significan las sociedades off-shore y los “paraísos o refugios fiscales”.
Por su parte, los empresarios salvadoreños que han tenido que recurrir a esa modalidad de empresas para proteger sus inversiones, ya sea por la falta de seguridad jurídica en el país, por los riesgos de ser quebrados mediante un populismo del Siglo XXI o por la constante amenaza del pandillero extorsionista, deben explicar sus razones y aclarar si con ello no han incurrido en evasión o elusión de impuestos. De lo contrario el prestigio nacional e internacional que hayan adquirido a la fecha se verá seriamente cuestionado.
El gobierno y en especial la Fiscalía General de la República (FGR), por su parte, tienen la oportunidad de su vida al poder tener acceso a una lista documentada de personas que, pobres hace diez años, ahora figuran en esas empresas “Offshore” como “nuevos millonarios” como es el caso de expresidentes que de la noche a la mañana adquirieron inmensas fortunas y que se resisten a ser enjuiciados por ello.
De esta manera el gobierno podrá de alguna manera aplicar efectivamente la Ley de Extinción de Dominio y recobrar lo que por derecho pertenece al pueblo.