La ex Primera Dama de la República salió al paso a quienes insisten en que ella también debe ser investigada respecto a los casos de enriquecimiento ilícito que se le atribuyen al Mauricio Funes, asegurando que no tuvo que ver con la decisión de contratar al publicista y asesor de imagen brasileño Joao Santana para manejar la propaganda del Estado.
La señora Pignato ofende la inteligencia de los salvadoreños cuando dice que lo único que hizo fue simple y sencillamente comentar que Joao Santana “era uno de los mejores profesionales en esa área”.
La ex Primera Dama no tenía que contratar ni pagar, ni mucho menos, los servicios de su paisano Santana. Cualquier recomendación en ese sentido, viniendo de la esposa del presidente, máxime si a esta se le reputa de autoritaria pero inteligente, agradable, junto a su basta experiencia política, significa, aquí o en la Cochinchina, una orden o por lo menos una aceptación.
Son muchas las coincidencias: igual que Vanda Pignato, Joao, su esposa, el ex Presidente Lula y también la esposa de éste, son brasileños; todos pertenecen o han pertenecido al Partido de los Trabajadores PRT del Brasil y todos, con excepción de la señora Pignato, están enfrentados con la justicia de su país acusados de corrupción.
A decir verdad, Mauricio Funes aprovechó el carisma y la simpatía que generaba su esposa para consolidar su poder de mandatario, de ahí que negar su influencia y desligarse de la contratación del “cerebro” publicitario que manejó la imagen de su esposo así como la publicidad institucional del Estado, es bastante difícil de creer; sería algo así como pensar que Funes no consultó con su colega brasileño, uno de sus mentores según él mismo reconoció, Inazio Lula daSilva
Joao Santana podrá ser, como asegura la ex primera dama, el mejor de los mejores en su área, pero esto no quita que sus operaciones en El Salvador son una parte interesante de la corrupción que está siendo destapada por la sección de Probidad de la Corte Suprema de Justicia y que tiene al borde de la cárcel a más de un presidente, entre ellos el propio Funes, ministros, diputados y directores de autónomas.
El caso de Polistepeque, la empresa publicitaria de la cual era socio propietario Joao Santana y la que se consideró por mucho tiempo uno de los poderes de Casa Presidencial, seguro está siendo investigado. Con el resultado de esa investigación sabremos si en realidad Santana era uno de los mejores pero sobre todo quién lo recomendó para que fuera contratado que le dejó al menos la bicoca de diez millones de dólares.
Durante mantuvo su condición de Primera Dama de la Nación, Vanda Pignato mostró la imagen del poder, en contraste con la mesura y la modestia de la actual, la esposa del presidente Sánchez Cerén, negarlo sería como querer tapar el sol con un dedo.
No quiere decir que estemos atribuyendo responsabilidad a la señora Pignato por los malos manejos de Casa Presidencial ni cosa parecida, solo tratamos de ser coherentes con la realidad. Mal haríamos en tratar de involucrar a la señora Pignato en las “regadas” de su marido pero, por favor, no nos quieran ver la cara.
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