Lao-Tsé, o cómo vivir en perfecta armonía con el universo

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Seleccionado por Eduardo Vázquez Becker

«Quien pretende el dominio del mundo o una parte de él, para mejorarlo se encamina al fracaso. El mundo, tan sagrado y vasto, no puede ser dominado. Quien trata de dominarlo lo empeora. Quien lo tiene lo pierde». Lao-Tsé

Fundador del taoísmo y autor del Tao Te Ching, Lao-Tsé es el padre de una filosofía eterna, que sigue hoy igual de vigente que cuando él vivía. El pensamiento oriental no puede entenderse sin las enseñanzas de este filósofo, unas guías inestimables para vivir la vida de acuerdo a la naturaleza y alcanzar la serenidad del alma.

1 El Tao. Traducido como «el camino» o «la vía», el Tao es el orden innombrable, inmanente, del universo. La ley eterna que lo aglutina todo: lo vivo y lo inerte, lo real y lo místico, lo concreto y lo abstracto. La enseñanzas de Lao-Tsé nos llevan a comprender el Tao y vivir conforme a él.

2 Causa y efecto. Todo lo que vemos es fruto de la dinámica causa-efecto. El universo y todo lo que en él existe —tanto si lo conocemos como si no— está sometido a la mutación y el cambio perpetuo que establece el Tao. No podemos ignorarlo, y solo aceptándolo y viviendo conforme a sus reglas podemos vivir plenamente.

3 El yin y el yang. Son dos conceptos que representan la dualidad y el continuo cambio que gobierna el Tao. Todo concepto, pensamiento u objeto, tiene un complemento opuesto a él que existe, a su vez, en sí mismo y que es condición indispensable para definirlos a ambos: frío/calor, seco/húmedo, femenino/masculino, actividad/pasividad, etc.

4 Taijitu. Es la forma más conocida de representar el yin y el yang. El famoso círculo divido en dos mitades curvilíneas (blanca y negra) con un punto de su opuesto en el interior. Ha pasado de ser un icono meramente descriptivo de la filosofía taoísta a entrar en el pop art y aparecer en todo tipo de merchandising.

5 Tao Te Ching. Uno de los libros más famosos y antiguos de la historia, el Tao Te Ching o El libro del Tao, es la obra en la que Lao-Tsé explica el funcionamiento del Tao y la manera en que los hombres pueden adaptar su vida al mismo, para así vivir conforme a su naturaleza. Es también el libro más vendido y traducido de Oriente.

6 Vida virtuosa. Lao-Tsé establece una serie de virtudes que hemos de tener para vivir conforme al Tao, y entre ellas están: la piedad, la magnanimidad, la abnegación, la honestidad, la introspección, la inactividad y la enseñanza. También hay vicios que hemos de evitar, como por ejemplo: la violencia, la codicia, los prejuicios y la aceptación de convencionalismos, tabúes y normas sociales sin averiguar si están en consonancia con el Tao.

7 La no-acción. Un principio taoísta que nos recuerda a los estoicos griegos. Lao-Tsé nos invita a aceptar lo que sucede a nuestro alrededor y a no intentar dominar el mundo. Este se rige por el Tao, que es perfecto, y está lejos de nuestro control. Si intentamos dominar el Tao, lo perderemos.

8 Libertad. Todo lo forzado es erróneo. El ser humano ha de vivir libre, sin ataduras. Sólo de esa manera podemos vivir en armonía con el Tao y alcanzar la plenitud. Aquello que nos cuesta, que no nace de la pasión, es erróneo, según Lao-Tsé. El camino del Tao es fluido, fácil, porque está en consonancia con nuestra naturaleza. Si algo nos frena, es probable que debamos replantearnos nuestras premisas, puede que caminemos en la dirección equivocada…

9 Ausencia de dominio. Hemos de confiar en el Tao y dejar que siga su curso libremente. Somos nosotros los que hemos de adaptarnos a él y no al contrario.

10 Religión y espiritualidad. Aunque el taoísmo nació como una filosofía, no es de extrañar que su visión cosmológica, cargada de espiritualidad, acabara convirtiéndose en una religión (allá por el siglo III a. C.) A día de hoy, el taoísmo sigue siendo una de las principales religiones en Asia y es una forma de espiritualidad dominante en el mundo. En Occidente, en el siglo XX, ganó cada vez más adeptos, pues es una forma de metafísica que no está sujeta a dogmas o instituciones. Quien cree en la doctrina de Lao-Tsé no rinde cuentas a nadie más que al Tao, ni acepta órdenes más allá de él. El taoísmo ofrece, así, una idea de religiosidad propia, individual, más cercana a la naturaleza que a los mesías de las sagradas escrituras.

Estas son las principales enseñanzas de Lao-Tsé, todas ellas contenidas en el Tao Te Ching, un libro poético, críptico, que lleva de moda más de 2.000 años. Una lectura inestimable que nos conecta con la parte más misteriosa de nuestra existencia. Conocer a Lao-Tsé. Merece la pena.