La Peste

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Por César Vásquez Becker, (El Periódico).- Una de las principales obras del escritor francés Albert Camus, Premio Nobel de Literatura de 1957, es “La Peste”. La novela narra los acontecimientos ocurridos con el aparecimiento de la peste bubónica en la ciudad de Orán, Argelia, a mediados del siglo pasado (1940). La crónica comienza el 16 de abril de ese año, en la mañana, cuando el doctor Bernard Rieux sale de su estudio y en el descanso de la escalera  tropieza con una rata muerta. No le da importancia al asunto y sale a la calle; pero allí recapacita y regresa para informarle al conserje del edificio de su hallazgo. Este lo atribuye a una broma de mal gusto de algún vecino. Ese mismo día por la tarde, al regresar el doctor Rieux, en el corredor del edificio, antes de subir a su apartamento, ve que del fondo viene zigzagueando una enorme rata que agoniza, se detiene a sus pies y con un chillido cae muerta chorreando sangre por el hocico entreabierto. Al día siguiente todas las calles de la ciudad están llenas de ratas, unas moribundas, otras ya muertas. Han salido de los tragantes, de las reposaderas, de todos los rincones. Enferma gravemente el conserje y muere atrozmente con los ganglios reventados. La peste se establece en la ciudad de Orán y comienzan a morir por miles sus habitantes. Se decreta la cuarentena de la ciudad. Nadie puede llegar y entrar, nadie puede salir. En la ciudad solo hay espanto y muerte. Y la gente comienza a tomar posiciones y a revelar sus sentimientos, pasiones y mezquindades. El sacerdote enfatiza que la peste alcanzará solo a los que no cumplen con los deberes cristianos. “La peste” es considerada como una de las obras que mejor representa la filosofía de lo absurdo, pero también la que rescata las cualidades positivas de la dignidad y la fraternidad humanas frente a la tragedia. Es a todas luces indiscutible el toque existencialista que se desprende de una de las obras  importantes de la literatura francesa del siglo pasado.