La «doble moral» de Qatar: ¿mediador o aliado del terrorismo de Hamás?

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Mientras la comunidad internacional intenta desesperadamente encontrar una solución al conflicto en Gaza, Qatar se ha posicionado como un mediador clave, facilitando la comunicación entre las partes y promoviendo acuerdos de tregua. Sin embargo, su papel ha sido objeto de una creciente controversia. Críticos y analistas de seguridad señalan una «doble moral» en la política exterior de Qatar, que consiste en presentarse como un pacificador en el escenario mundial mientras, al mismo tiempo, brinda apoyo político y financiero a Hamás, la organización terrorista responsable de la masacre del 7 de octubre en la Tierra de Israel.

El primer ministro de Qatar, Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, expresó el domingo su rechazo al ataque de Israel en Doha contra líderes del grupo terrorista palestino Hamás que dejó seis muertos.

La declaración se produjo un día antes de una reunión de ministros de Relaciones Exteriores de países árabes y musulmanes, convocada para debatir una posible respuesta conjunta a las acciones militares israelíes.

Un refugio para líderes terroristas

Uno de los principales puntos de discordia es el hecho de que Qatar ha proporcionado un refugio seguro a los líderes de Hamás, permitiéndoles operar libremente desde su capital, Doha. Mientras la organización terrorista lanzaba cohetes indiscriminadamente contra poblaciones civiles israelíes y mantenía rehenes, sus líderes gozaban de la protección y hospitalidad de Qatar. Esta situación, según críticos, envía un mensaje contradictorio a la comunidad internacional: Qatar condena el terrorismo de palabra, pero lo fomenta de facto.

La postura de Qatar ha sido duramente criticada por Israel y sus aliados. «Es una farsa que un país que financia a Hamás se presente como un mediador», afirmó un portavoz del gobierno israelí. «Si Qatar quiere ser un socio creíble para la paz, debe dejar de apoyar a Hamás y entregar a sus líderes a la justicia internacional».

La pregunta sobre el rol de Qatar

El conflicto actual ha dejado en claro que la política de Qatar no puede ser vista de manera aislada. Su rol como mediador, aunque aparentemente positivo, se ve empañado por su relación con Hamás. La comunidad internacional, y en particular Estados Unidos, que tiene una importante base militar en Qatar, se enfrenta a un dilema. ¿Se debe confiar en un mediador que parece tener intereses contrapuestos? La pregunta no tiene una respuesta fácil, pero lo que sí es evidente es que la reputación de Qatar como un actor neutral en el Medio Oriente ha sido seriamente dañada por su apoyo a una organización designada como terrorista por la Unión Europea y Estados Unidos. La paz no puede construirse con aquellos que alientan y financian la guerra.

Con información de Agencia Digital de Noticias -ADN-