Jim Carrey nunca ha ocultado su batalla contra la depresión. Aunque ahora el cómico ha revelado a inews que por fin está bien. “Ahora mismo ya no tengo depresión. Durante años la sufrí, pero ahora cuando la tormenta llega es solo tormenta ya no se queda”, se sinceró el actor de 55 años. “Cuando viene algún episodio ya no se queda mucho tiempo, ya no me ahoga más”.
De esta manera, el actor se da un respiro mientras sigue luchando con la familia de su exnovia Cathriona White, quien lo responsabiliza del suicidio de la joven que se quitó la vida con 30 años. Mientras que Carrey se mantiene firme en su postura y alega que la familia se quiere lucrar con la muerte de la que fuera su pareja.
“Estoy perfectamente bien con todo lo que ha pasado. Incluso con la horrible situación de la que ustedes ya saben [la de su expareja]”, añadió. De hecho, asegura que en este momento de su vida se siente “un hombre libre en la industria”. “Ya no estoy en el negocio. No me importa lo que la gente vaya a pensar de mí después de que muera. Todo lo que quiero es que la gente piense en mí como un hombre con buena energía, como alguien que dejó un buen olor tras su paso”, explicó.
Y aunque ahora atraviesa una buena racha no niega que es muy complicado y difícil enfrentarse a los malos momentos. “Lo que está pasando en mi vida es genial, pero no puedo negar que hay cosas muy malas todavía”, reconoce sin entrar en detalles.
En el plano profesional Netflix acaba de estrenar el documental Jim & Andy: The Great Beyond. En este largometraje el director Chris Smith tuvo acceso las imágenes de Carrey durante el rodaje de la cinta Man on the Moon, por la que el actor se llevó un Globo de Oro. Algunos de los incidentes del rodaje revelados en aquella época, pero nunca se supo cuán extrema y enfermiza fue aquella experiencia en la que el cómico dio vida al humorista Andy Kaufman. Estas experiencias las cuenta Smith en el largometraje en el que se da a entender que Carrey se metió tanto en el personaje que luego le costó salir de él.