Los ataques se produjeron después de que un atentado perpetrado por militantes mató a más de dos decenas de civiles en la Cachemira administrada por India y suponen una intensificación del conflicto entre dos potencias nucleares.
En una repentina escalada, el Ejército indio anunció que había llevado a cabo una operación militar de precisión dirigida contra nueve localidades de Pakistán, que calificó de campamentos de organizaciones terroristas. En un primer balance, un funcionario pakistaní anunció que un niño había muerto y dos habían resultado heridos en los ataques indios en Bahawalpur.
Por su parte, el Gobierno indio confirmó que la operación fue “deliberada y sin escalada” y se enmarca en la lucha contra lo que describió como “infraestructura terrorista” en la región de Cachemira controlada por Pakistán.
“Se ha hecho justicia”, tuiteó el Ejército indio: “Se ha hecho justicia”, en referencia a la matanza de 26 personas en Cachemira hace unos días.
Según Reuters, citando a testigos presenciales, se produjeron intensos bombardeos y potentes explosiones en dos zonas fronterizaspaquistaníes. Un portavoz de Pakistan Airlines anunció el aplazamiento de los vuelos que no despegaron.
El gobierno paquistaní calificó los ataques indios como un “acto de guerra flagrante y no provocado” que había “violado la soberanía de Pakistán”. Funcionarios paquistaníes también afirmaron que en los ataques indios habían muerto civiles, una afirmación que no pudo verificarse de manera independiente.
Pakistán dijo que los ataques “no quedarán sin respuesta” y que contestaría en “el momento y lugar que elija”.