Honduras. (La Tribuna).- El escrutinio del 100 por ciento de las actas para escoger a un nuevo presidente en Honduras ha culminado pasadas las 5:00 de la mañana de este lunes 4 de diciembre, da una clara ventaja a Juan Orlando Hernández.
Al frente de esta labor, que ha ratificado el triunfo de Hernández del Partido Nacional, estuvo el Tribunal Supremo Electoral (TSE), observadores internacionales y observadores de diversos sectores de la sociedad civil.
De esta manera, esta mañana ha terminado el escrutinio especial de 1,006 actas que presentaban alguna inconsistencia. Este proceso inició a las 3:30 de la tarde de ayer domingo.
También fueron parte de esta jornada decenas de jóvenes escrutadores. Desde el inicio del escrutinio especial transcurrieron 14 horas de labor ininterrumpida.
El escrutinio ordinario terminó con una ventaja de 46,586 votos a favor de Juan Orlando Hernández y ya con el escrutinio especial la ventaja superó los 52 mil votos.
Al término del escrutinio ordinario, Hernández alcanzó 1,332,833 votos y Salvador Nasralla tuvo 1,286,247 votos, es decir, una diferencia de 46,586 votos.
Con el escrutinio especial y faltando solo 8 actas con inconsistencias procesadas por subir al sistema de cómputo, Hernández alcanzaba 1,411,517 votos y Nasralla alcanzaba 1,359,179 votos, para una diferencia de 52,347.
Fueron escrutadas 18,128 actas de las mesas electorales receptoras.
En términos porcentuales, Hernández obtuvo en esta votación el 42.98 por ciento de los votos mientras Nasralla obtuvo el 41.39 por ciento, es decir, una diferencia de 1.59 por ciento.
Además, el Partido Nacional ha arrasado con las diputaciones al obtener 61 escaños de 128 y con los gobiernos locales al adjudicarse 171 de las 298 alcaldías, entre ellas las cabeceras y ciudades más importantes.
El presidente del TSE, David Matamoros Batson, ha dicho que el proceso de escrutinio a nivel presidencial ha concluido en un 100 por ciento, pero aún no se declara un ganador.
lo que procede ahora es que los partidos hagan las impugnaciones correspondientes de cualquier acta que consideren que consideren anómala.
Los partidos tienen copias certificadas de las actas originales y pueden cotejarlas una a una con las escaneadas y subidas al cómputo final del TSE.