El Gobierno de El Salvador anunció que este viernes se realizará el pago del aguinaldo y bonos especiales a todos los pensionados del país, tanto del sistema público como del privado. La medida beneficiará a cientos de miles de adultos mayores y busca estimular el consumo interno en la antesala de la temporada navideña.
El Ministerio de Hacienda confirmó que los fondos ya fueron transferidos al sistema financiero nacional para que los depósitos se hagan efectivos desde tempranas horas. El desembolso forma parte del compromiso del Ejecutivo de cumplir puntualmente con sus obligaciones sociales y laborales.
El anuncio no incluye a los empleados públicos, ya que estos recibieron su aguinaldo la semana anterior, según aclaró la cartera de Hacienda.
Un impulso temporal al consumo interno
La entrega de aguinaldos y bonos representa una inyección de liquidez superior a los 100 millones de dólares, según estimaciones económicas basadas en la población pensionada total del país. Estos recursos se destinarán principalmente al consumo básico, medicamentos, alimentos y deudas personales.
“Este pago tendrá un impacto positivo en el comercio minorista y en la economía de los hogares, especialmente en zonas rurales y urbanas donde el gasto de los pensionados sostiene buena parte de la demanda local”, explicó el economista Óscar Cabrera, expresidente del Banco Central de Reserva (BCR).
Se prevé que sectores como el comercio, transporte y servicios personales experimenten un incremento temporal de ventas durante las próximas semanas, impulsado por la liquidez adicional en los hogares.
El costo fiscal y la sostenibilidad
Aunque la medida genera efectos positivos en el corto plazo, también implica un aumento temporal del gasto corriente del Estado. Economistas advierten que el Gobierno deberá equilibrar estas transferencias con disciplina fiscal para no agravar el déficit público, que actualmente ronda el 4.2 % del PIB.
“La ejecución anticipada de pagos sociales mejora la percepción ciudadana, pero requiere respaldo presupuestario real. Si se financia con deuda interna, puede presionar el flujo de caja del primer trimestre de 2026”, señaló la economista Claudia Umaña.
El Banco Central de Reserva estima que la deuda pública salvadoreña alcanzó los US$33,091 millones a agosto de 2025, un incremento sostenido que obliga al Ejecutivo a administrar con prudencia el gasto no productivo.
El pago simultáneo a todos los pensionados del país también tiene un efecto político inmediato: refuerza la imagen de un Gobierno que cumple con los sectores vulnerables y que proyecta estabilidad económica en vísperas de las fiestas de fin de año.
No obstante, el desafío de fondo es estructural. El sistema previsional salvadoreño continúa dependiendo en buena medida del financiamiento estatal para cumplir con sus obligaciones. Sin reformas que fortalezcan los ingresos y promuevan el ahorro nacional, estas medidas seguirán representando un reto para la sostenibilidad fiscal a largo plazo.
El pago de aguinaldos y bonos a todos los pensionados salvadoreños constituye una buena noticia social y económica que inyectará dinamismo inmediato a la economía nacional. Sin embargo, su impacto positivo será temporal si no se acompaña de políticas que mejoren la productividad, el empleo formal y la estabilidad fiscal.
El alivio de hoy, aunque merecido, debe ir de la mano con una visión financiera responsable que garantice la continuidad de estos beneficios en los próximos años.
 
			
