La Fiscalía española ha pedido 230 años de prisión para unos 35 pandilleros pertenecientes supuestamente a la Mara Salvatrucha MS-13 considerada por las autoridades españolas como una organización criminal dedicada al tráfico de drogas, lavado de capitales, tenencia ilícita de armas, intento de asesinato, lesiones y amenazas. El arresto de los pandilleros tuvo lugar durante la Operación Cruasán realizada en varios lugares de España pero especialmente en Barcelona, en marzo de del 2014.
La audiencia para el juicio contra los pandilleros de la “salvatrucha está señalada para este martes 20 de febrero del 2018. El Oficial del Servicio de Información, antiterrorista, de la Guardia Civil que participó en la Operación Cruasán, aseguró que “La mara Salvatrucha es una auténtica mafia latina”.
La investigación, que aún se halla bajo secreto judicial, apunta a que la Salvatrucha no es un conjunto de simples pandilleros juveniles, violentos y desarraigados. El temor del Ministerio del Interior es que, aprovechando su férrea estructura jerarquizada, se dediquen a cometer robos, tráfico de drogas y extorsiones.
Las autoridades españolas afirman así mismo que las maras o pandillas , sin bien son originarias de El Salvador y Honduras, tienen su base principal en los Estados Unidos a donde emigraron en los años 70, unos huyendo de las autoridades salvadoreñas y otros tratando de incorporarse a través del episcopado salvadoreño, que era proclive a la lucha guerrillera de los izquierdista y de otras organizaciones especiales que se organizaron para formar grupos de solidaridad internacional que apoyaran a los terroristas salvadoreños.
Tras la firma de la paz entre la guerrilla y el Ejército, miles de salvadoreños fueron deportados a su país al no encajar ya como asilados políticos en Norteamérica. En la actualidad se calcula que hay unos 300.000 mareros (pandilleros) en El Salvador, Honduras, Guatemala y, en menor medida, en Nicaragua, según la Guardia Civil.
Las maras se articulan en clicas o células compuestas cada una de ellas por entre 40 o 50 individuos, muy jerarquizados y residentes en el mismo barrio. La cúpula internacional está integrada por 30 jefes, según fuentes de la policía salvadoreña.
La policía y la Guardia Civil han detectado clicas “consolidadas” en Barcelona, Tarragona, Gerona, Madrid, Alicante, así como “indicios de implantación” en Cáceres, Melilla, Castellón, Lleida y Valencia.
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