La elección de fiscal general de la República parece estar decidida. Según declaraciones de algunos diputados Douglas Meléndez sería reelegido para un nuevo periodo en el MP para lo cual cuenta con 59 votos del partido ARENA, GANA, PCN y PDC.
Nos hubiese gustado que los diputados, si es que aún hay tiempo, se decantaran por otros aspirantes como Néstor Castaneda o Raul Melara cuyas credenciales merecen ser tomadas en cuenta, pero si ya no se puede, pues ni modo.
De ser ciertas las aseveraciones de los diputados que han comprometido sus votos, el resto de aspirantes, entre quienes se encuentran excelentes profesionales, debieran renunciar, por cuestión de dignidad, a seguir en la contienda por optar a ese cargo. No tiene caso correr en una pista sin carriles.
A las declaraciones que han formulado algunos diputados, con las indirectas de la embajadora Manes en el sentido de que se debe elegir a un fiscal independiente, honesto pero sobre todo “valiente” como se ha dado en llamar al actual jefe del ministerio público y con “la cereza” que la Presidenta del Centro de Estudios Jurídicos, Erika Saldaña y el ex titular de ese importante centro de investigaciones, Humberto Saenz, pusieron al pastel, en un canal de televisión, parecería que ya está decidido que no habrá relevo en la Fiscalía General de la República.
De esto no tiene culpa Douglas Meléndez, él como cualquier ser humano gusta de las mieles del poder y si para continuar haciéndolo es necesario aceptar “humildemente” su reelección, pues así lo entenderemos y trataremos de ayudar, desde nuestra posición de periodistas, a que su gestión no tenga muchas dificultades para sortear los vientos que se avecinan.
Nos preocupa, eso sí, que representantes de la comunidad jurídica del país, como los abogados Saldaña y Saenz, no se hayan referido, que ni siquiera hayan mencionado, las graves denuncias públicas que se han hecho sobre malos procedimientos, sobre supuestas violaciones al debido proceso y al Principio de Presunción de Inocencia y otras garantía constitucionales. Reconocer que hay malos fiscales y que existe corrupción al interior de la fiscalía para concluir en que el mejor candidato a continuar en el cargo es el actual titular, nos parece un verdadero desatino. Nos hubiera gustado que por lo menos recomendaran públicamente al fiscal no permitir el uso incorrecto de las intervenciones telefónicas y reducir al máximo la utilización del testigo criteriado.
Para nadie es un secreto que los casos relevantes que han distinguido la actual gestión del fiscal han sido respuesta a las amenazas del gobierno norteamericano de quitar cualquier ayuda si no se atacaba en el país la corrupción y la impunidad, cosa en la que definitivamente estamos de acuerdo, y que realmente requería cierta dosis de “valor” igual que lo requirió el famoso caso de CelEnel.
Nosotros vemos en la inminente reelección del actual fiscal Douglas Meléndez una oportunidad para que el funcionario rectifique fallas y errores, para depurar su plantilla de fiscales si es cierto, como lo dijeron la presidenta del Centro de Estudios Jurídicos y el abogado Humberto Saenz, que al interior de la institución “hay malos fiscales y corrupción”, pero por sobre todas las cosas, que se deje de aplicar abusivamente la reserva que deja en estado de indefensión a las personas.