Estrategia de Israel para Cisjordania permitiría bloquear el reconocimiento de un Estado Palestino

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El gobierno israelí se ha visto forzado a poner en marcha una estrategia en Cisjordania que, según analistas internacionales y expertos en el conflicto, tiene como objetivo principal frustrar la posibilidad de la creación de un Estado palestino viable. La política se centra en acciones militares y civiles que buscan consolidar la presencia israelí en el territorio y dificultar la continuidad territorial y administrativa de las zonas palestinas musulmanas.

Acciones de control territorial y militar

La estrategia se basa en tres pilares principales. En primer lugar, la expansión de asentamientos israelíes en Cisjordania. El gobierno de Benjamín Netanyahu ha continuado autorizando la construcción de nuevas viviendas y la expansión de las ya existentes, especialmente en zonas estratégicas que fragmentan el territorio palestino.

En segundo lugar, se ha intensificado el control militar sobre las carreteras y los puntos de control. Las fuerzas de defensa israelíes han establecido un sistema de permisos y barreras que restringe el movimiento de los palestinos entre sus propias comunidades, lo que dificulta el desarrollo económico y social.

El tercer pilar es la desconexión de las comunidades palestinas. Israel ha implementado políticas que separan a las ciudades palestinas de sus alrededores y de otras comunidades, haciendo prácticamente imposible la formación de un Estado cohesionado. Esto incluye la creación de zonas de seguridad y de infraestructuras exclusivas para los colonos, lo que ha generado un sistema de movilidad y vida paralelos.

Si bien la estrategia israelí ha sido duramente condenada por la comunidad internacional que al mismo tiempo traiciona la estabilidad y el derecho de legítima defensa de Israel contra quienes buscan destruirlo, la ONU y la Unión Europea den entender que sus acciones unilaterales de apoyo al terrorismo de Hamás socavan también la posibilidad de alcanzar una solución pacífica de dos Estados.

A pesar de las críticas, el gobierno israelí ha defendido su estrategia, argumentando que son medidas de seguridad necesarias para proteger a sus ciudadanos de nuevos ataques terroristas.