El «San Juan Bautista» de Da Vinci saldrá de su penumbra

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Parece perdido en la noche con su cabellera ondulada. Solo su sonrisa un poco irónica y su mano apuntando al cielo destacan aún entre las capas de barniz ennegrecido: el «San Juan Bautista» de Leonardo da Vinci, expuesto en el Louvre, va a ser restaurado para recuperar el claroscuro.

«Se trata de aligerar el barniz para devolver la legibilidad al cuadro», explica Sébastien Allard, responsable del departamento de pintura del museo parisino. «Sólo vemos las partes brillantes». La piel del animal con la que San Juan Bautista está vestido y la cruz que lleva son prácticamente invisibles, como algunos de sus mechones de pelo.

En el origen de este oscurecimiento general se encuentra la degradación de múltiples capas de barniz tras la última restauración importante en 1802. «Es el cuadro con más barniz de la colección del Louvre», subraya Vincent Delieuvin, conservador del departamento de pintura. «110 micras, ¡un récord!». El espesor de barniz de «Santa Ana», otra obra de Da Vinci restaurada en 2012, era de 60 micras.

011916-san-juan-bautista-davinci-2¿Por qué este uso abusivo de barniz? «En un principio, daba brillo, profundidad, visibilidad, pero después comienza a ennegrecer», explica Vincent Delieuvin.

Con «Santa Ana» y «La Belle Ferronnière», que reencontró su tez de mujer joven el año pasado, es el tercer cuadro del gran Leonardo que ha sido restaurado en cinco años.

¿Y cuándo será el turno a «La Gioconda»? «No es el momento, afirma Sébastien Allard, como tampoco el de «La Virgen de las rocas», también expuesta en el Louvre.

Sin embargo, la elección de Leonardo da Vinci no es inocente. El mito de este genio del Renacimiento se mantiene vivo, aunque poco se sabe de él y de la historia de sus obras.

La restauración ha sido confiada al experto en madera Patrick Mandron, un especialista en los trabajos sobre este material, y para la capa pictórica a Regina Moreira, que intervino notablemente en la «Betsabé en el baño con la carta del rey David» de Rembrandt.

Una vez examinados todos los ángulos por los expertos del laboratorio de los museos de Francia (C2RMF), el cuadro deberá ser descolgado antes de finales de enero, pero no se sabe por cuánto tiempo. «Los exámenes no han revelado ningún defecto importante. A priori, está sano -anota Sebastien Allard-, pero nunca se sabe cuándo se termina una restauración. Cada cuadro es único».

Los trabajos serán supervisados por una comisión internacional cuya composición está en curso.

Pintado durante el primer decenio del siglo XVI, el «San Juan Bautista» se inspira en otra obra de Leonardo, en el ángel de la Anunciación, y fue concebido hacia 1503-1504. Perfecto ejemplo de la técnica del sfumato que permite crear un efecto vaporoso, el cuadro fue realizado con una paleta de colores muy reducida.

El «San Juan Bautista» es junto con «La Gioconda» y «La Virgen y el Niño con Santa Ana», uno de los cuadros que Leonardo da Vinci mostró en 1517 al cardenal de Aragón, Antonio de Beatis, un príncipe del Renacimiento conocido por haber atravesado Europa y costeado a poderosos como el futuro Carlos V o Francisco I. Según algunos historiadores, las tres obras habrían sido adquiridas por Francisco I e integradas en la colección real de Francia.

Aunque la historia del «San Juan Bautista» es mal conocida, existe una considerable literatura dedicada a esta obra. «Es un cuadro que ha molestado a muchos y su atribución ha sido frecuentemente cuestionada», dice Vincent Delieuvin. En el origen de estas dudas, la rigidez del brazo y de la mano dirigidas hacia el cielo.

Y como en otras obras de Da Vinci, «se plantea la cuestión fundamental sobre su acabado», apunta Vincent Delieuvin. Una cuestión ya subrayada en «Santa Ana», donde el rostro de la Virgen parece demasiado claro, e incluso en «La Gioconda», donde algunos historiadores han resaltado la diferencia entre el rostro y las manos, con tonos mucho más cálidos. La restauración podría ayudar a resolver el caso de «San Juan Bautista».