El Salvador enfrenta serios retos en alimentos en 2025

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El Salvador enfrenta serios retos de seguridad alimentaria para 2025, según indican hoy datos de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) de la ONU.

Datos de la entidad reflejan que en el país más de 800 mil personas tendrán necesidades de seguridad alimentaria, protección, agua, saneamiento e higiene, educación alojamiento, nutrición y salud para 2025.

Aunque ocurrió un descenso durante 2024, cuando más de 1,1 millones de personas se encontraban en esta clasificación, la suma es impresionante en un país donde tanto la canasta básica urbana (247.60 dólares) como la rural (181.04) tuvieron incrementos en el mes de febrero de 2025.

La situación es preocupante cuando el número de agricultores de granos se redujeron en 30 por ciento en las últimas dos décadas, al igual que la producción de renglones básicos para la alimentación de los salvadoreños, según comentó la víspera Mateo Rendón, vocero de la Mesa Agropecuaria Rural e Indígena.

Durante su participación en el programa de entrevista Frente a Frente de la Telecorporación Salvadoreña (TCS), el vocero destacó la importante reducción de 600 mil a 400 mil del número de productores en apenas 20 años, lo cual afectó la producción de rubros de primera necesidad.

Explicó que la situación se agrava debido a la migración de los trabajadores del campo, así como al encarecimiento en el costo de los insumos y la edad de los productores.

El directivo citó, entre otros ejemplos, que la producción de sorgo y arroz bajó entre un 20 y un 30 por ciento en los últimos 20 años.

Pese a que la producción de maíz subió un 24.1 por ciento en las últimas dos décadas y la de frijoles tuvo un aumento de un 9.1 por ciento, durante el ciclo 2021-2022 y el 2022-2023, se confirmó una baja de un 6.9 por ciento en el maíz, de un 13 en la de frijoles y de un 24.4 por ciento en la cosecha de arroz.

Rendon abordó otro aspecto que preocupa a los gremios, en especial a la ganadería. La llegada del gusano barrenador desde países vecinos pone en peligro al hato ganadero pese a medidas sanitarias y esfuerzos para evitar su propagación.

A eso habría que sumar los efectos que puede provocar el fenómeno de La Niña en septiembre, cuando se prevé que las lluvias incrementen y que pudiera afectar varios sectores productores de alimentos y a los caficultores, para incrementar los retos.

Con información de Prensa Latina