El festival Desert Trip: Homenaje de Paul McCartney a John Lennon y tercera jornada

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Tras la sorpresa del viernes, cuando los Rolling Stones hicieron un cover de Los Beatles, el segundo día del festival “Desert trip” volvió a regalar emociones a los afortunados presentes.

El sábado Paul McCartney sorprendió a todos cuando llamó a cantar a otra leyenda del rock, el cantautor canadiense Neil Young. El ex Beatle lo presentó como “un gran amigo nuestro”.

Así, McCartney y Young cantaron juntos un intenso medley de las canciones “A Day in the Life”, de los Beatles, y “Give Peace a Chance” de John Lennon.

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El histórico line-up del Desert Trip fue compuesto por Rolling Stones, Paul McCartney, Roger Waters, The Who, Bob Dylan y Neil Young, entre otros artistas.

Es la primera vez que el ex bajista de los Beatles y Dylan comparten cartel tras una serie de encuentros fuera de los escenarios. El más recordado tuvo lugar en 1964 en un hotel neoyorquino, donde el ícono folk habría iniciado a los cuatro Beatles en el consumo de marihuana, cuyos efectos se harían sentir en el siguiente álbum del grupo de Liverpool.

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En la última jornada del Desert Trip, The Who y Roger Waters, hicieron una noche de contrastes. De un lado, el pulso visceral del rock más directo, aunque no exento de una cuidada elaboración; del otro, un abordaje conceptual del género, de marcada significación política, administrado con la precisión de una máquina de relojería.

Ambas propuestas, generosamente celebradas por el público, que una vez más colmó la capacidad del Empire Polo Club de Indio, en el valle californiano de Coachella.

En el primer turno, cuando la tarde del domingo se iba transformando en noche, el riff the I Can`t Explain fue el punto de partida de un show de alta intensidad que, instalado en la segunda mitad de los ’60, siguió con The Seeker, una encendida versión de Who Are You, The Kids Are Alright y ese himno generacional que es My Generation.

Un comienzo de hits que dejó en claro que si hay algo que no le falta a la banda de Roger Daltrey y Pete Townshend en su repertorio son grandes canciones. Y que el dúo de integrantes originales, apoyado por una banda con un arsenal de teclados a cargo de John Corey, Loren Gold y Frank Simes, además de la segunda guitarra de Simon Townshend, y Pino Palladino y Zak Starkey -de notable desempeño- en los claves lugares del bajista John Entwistle y del homenajeado permanente Keith Moon en la batería, mantiene en alto y en muy buena forma las banderas del rock de acción directa.

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Dos perlas, Behind the Blue Eyes y Bargain, con Townshend en voz y miles de personas bailando, mientras You Better You Bet los trajo hasta los ’80, para enseguida volver al ’73, e instalarse en una de las óperas rock de la banda, Quadrophenia: I’m One y The Rock, la última, acompañada por un video que con imágenes de Richard Nixon, la muerte de Elvis, Keith Moon, el punk, Bono y la Madre Teresa, Thatcher y Gorbachov, la caída del Muro y la de las Torres Gemelas repasó la historia de los últimos 50 años en tres minutos.

La segunda ópera rock del grupo, Tommy, puso rumbo a la recta final: Amazing Journey, The Acid Queen, una muy festejada Pinball Wizard y See Me, Feel Me. Un Townshend (71) con su enorme dominio de la guitarra intacto, que una y otra vez dibujó un enorme círculo una y otra vez para atacar a su guitarra; un Daltrey (72) con un solo botón de su camisa abrochado y haciendo gala de un caudal de voz envidiable, y el remate con Baba O’Riley y Won’t Get Fooled Again, con Starkey haciendo valer su estirpe.

Tiempo entonces para que Waters desembarcara en escena con un repertorio floydeano lleno de significantes políticos, y con una puesta de imágenes y luces de carácter teatral que, sin embargo, no desentonó con el espíritu del encuentro. Speak to Me y Breath, de Dark Side of the Moon, la psicodelia de Set the Controls for the Heart of the Sun y One of These Days, y vuelta al Lado Oscuro, con Time y The Great Gig in the Sky, con su exigente carga vocal repartida entre las dos coristas de la numerosa -10 músicos- y eficiente banda de Waters, que aportaron unas atractivas armonías y un particular fraseo.

Con el bajo colgado, parado en uno de los extremos del enorme escenario, por momentos pareciera que Waters asume el rol del compositor que mira desde afuera cómo es interpretada su música. Solo por momentos, para conectar con el público y retomar su rol de cantante, generosamente compartido con sus compañeros de ruta.

Su estupendo bajo marcando el pulso de Money, Us and Them con miles de brazos replicando en el aire cada corte de batería, una rareza -Fearless, del álbum Meddle-, un invitado sorpresa, asociado a una de las acciones sociales en las que está embarcado Waters, que le puso guitarra a Shine On You Crazy Diamond y un bloque dedicado a Animals, con una monumental puesta en pantalla, sonidos disparados desde diferentes lugares del predio, una andanada de leyendas. Dos de muestra: “Las vidas negras importan”; “Si no estás enojado, no estás prestando atención.”

A lo Dylan cantó Pigs on the Wing, con chanchos volando y un blanco definido para sus dardos: la cara de Trump con la palabra “payasada” debajo; Trump sosteniendo un largo pene en sus manos; Trump con cuerpo de mujer obesa en bikini; Trump es Hitler; Trump con cuerpo de chancho. “Ignorante, mentiroso, racista y sexista. Trump es un cerdo.” Clarito, ¿no?

Another Brick in the Wall Part 2, con la inscripción “derriba el muro en la remera del coro de niños”, y miles cantándole a los maestros de las escuelas a las que mandan o mandaron a sus hijos que los dejen en paz. Cosas del rock. Hermosas y conmovedoras versiones de Mother y Brain Damage, un poema enmarcado en su protesta contra la ocupación de Palestina, una versión acústica de Vera, otra, rabiosa y sintética, de Run Like Hell, el lento y progresivo éxodo de quienes iban abandonando sus lugares en la platea para evitar los embotellamientos a la salida, un nuevo reclamo -Bring the Boys Back Home- y el eterno solo final de Comfortable Numb como fin de una fiesta que tendrá segunda -y última- vuelta el fin de semana próximo.