EE.UU pide a El Salvador transparentar cuentas de fondos extra-presupuestarios

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El gobierno estadounidense pidió a El Salvador transparentar sus cuentas y hacer auditorías independientes.

En su Informe de Transparencia Fiscal 2025, la Oficina de Asuntos Económicos, Energéticos y Empresariales del Departamento de Estado norteamericano advirtió sobre persistentes desafíos en rendición de cuentas, especialmente en el manejo de fondos fuera del Presupuesto General de la Nación.

Entre los puntos reparados, la dependencia advirtió que el gobierno del presidente Nayib Bukele “mantuvo cuentas extrapresupuestarias que no fueron auditadas, incluidas las tenencias gubernamentales en Bitcoin”.

El proceso de revisión de transparencia fiscal del Departamento de Estado de manera unilateral determina si los gobiernos extranjeros cumplen con los requisitos mínimos de transparencia fiscal.

Pese a algunas buenas prácticas que reconoce el documento, el mismo señala que El Salvador mantiene cuentas fuera del presupuesto sin supervisión adecuada ni auditoría, entre ellas las vinculadas a las reservas gubernamentales en Bitcoin.

También pone en entredicho que la entidad suprema salvadoreña de auditoría -la Corte de Cuentas de la República- no cumple con los estándares internacionales de independencia, ni publica de forma oportuna auditorías que abarquen la totalidad del presupuesto ejecutado.

Para mejorar la situación, la entidad recomendó que el país mejore su transparencia fiscal: con la eliminación de cuentas fuera del presupuesto o someterlas a auditorías adecuadas y además asegurar que la institución de auditoría cumpla con estándares internacionales de independencia y cobertura total.

Este llamado a la transparencia se enmarca en un contexto de creciente escrutinio internacional sobre las finanzas de El Salvador. La relación económica y de cooperación entre ambos países podría verse afectada si el gobierno salvadoreño no responde de manera satisfactoria a las preocupaciones expresadas por el Departamento de Estado. La pelota está ahora en el tejado del gobierno de El Salvador, que debe decidir si opta por la transparencia o si mantiene su actual política de manejo de fondos.