El Gobierno estadounidense busca asociar a México en el desarrollo de un plan económico y de seguridad para los países del Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, El Salvador y Honduras), que han visto disminuir las ayudas desde Estados Unidos en los últimos dos años.
La discusión sobre el futuro de Centroamérica se desarrollará este jueves y viernes en Miami (Florida) durante la llamada “Conferencia para la prosperidad y la seguridad en Centroamérica”, que estará presidida por los gobiernos de México y Estados Unidos.
El hecho de que México copresida el evento ha sido entendido como un éxito por el Gobierno de Donald Trump, cuyos portavoces han insistido en un mismo mensaje en las últimas semanas: México es un socio crucial y debe liderar con EE.UU el progreso de Centroamérica para acabar con la inmigración irregular y el narcotráfico.
“El Gobierno de México es una parte clave de toda esta discusión; el hecho de que se hayan sumado como copresidentes muestra el papel vital que tiene México en estos temas”, subrayó esta semana en una rueda de prensa el portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, Dave Lapan.
Lapan se refirió específicamente al impacto que la política migratoria de México tiene en EEUU y afirmó que “las cosas que hace el Gobierno mexicano en su frontera sur impactan en lo que ocurre en la frontera sur de Estados Unidos”.
De esa forma, el Ejecutivo estadounidense podría intentar que el Gobierno de Enrique Peña Nieto se comprometa a reforzar su plan “Frontera Sur”, implementado desde 2014 en la frontera de México con Guatemala y Belice y que, entre otras cosas, ha cortado algunas de las rutas que los inmigrantes usaban para llegar a EE.UU.
Como consecuencia de ese plan, México deporta ya a más inmigrantes que Estados Unidos, según datos oficiales.
La inmigración, sin embargo, no ocupa un lugar específico en la agenda, que el primer día se centrará en la mejora de condiciones económicas por medio de la creación de empleo y de negocios, mientras la segunda jornada girará en torno a la seguridad, con debates sobre fronteras, narcotráfico, tráfico humano y fortalecimiento institucional.
Precisamente, otro de los compromisos que podría tratar de arrancar Estados Unidos de México tiene que ver con la seguridad.
“Lo que quiere EEUU es que México entrene a los batallones de las fuerzas de seguridad de Honduras, El Salvador o Guatemala”, dijo a Efe Julio Lainez, analista especializado en Centroamérica y asesor de política exterior durante ocho años para el exlíder de la minoría demócrata en el Senado Harry Reid.
De esta manera, el Gobierno de Trump podría tratar de invitar a México a emular a Colombia, cuya Policía Nacional, Marina y hasta Fuerzas Aéreas colaboran desde 2012 con Estados Unidos para entrenar a las fuerzas de seguridad de los países del Triángulo Norte.
En opinión de Lainez, México se ha implicado en la cumbre para tratar de mantener una buena relación con el Gobierno de Trump y, sobre todo, para lograr unos términos favorables en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, o NAFTA en sus siglas en inglés), en el que también participa Canadá.
A pesar del interés en agradar a Estados Unidos, parece poco probable que México vaya a contribuir económicamente al plan para Centroamérica debido a los recortes que ha sufrido su propio presupuesto estatal para 2017.
El Gobierno de Trump tampoco parece dispuesto a contribuir más, pues el presupuesto para el año fiscal 2018 (del 1 de octubre de 2017 al 30 de septiembre de 2018) contempla 460 millones de ayuda para los países del Triángulo Norte, lo que supone un recorte sustancial con respecto a los 650 millones del año anterior.
En los últimos dos años, Estados Unidos ha otorgado a Centroamérica 1.300 millones de dólares como parte del Plan para la Alianza de Prosperidad para el Triángulo Norte, implementado desde 2014 por Honduras, Guatemala y El Salvador y respaldado por esos fondos estadounidenses.
La expectativa es que aporten ideas y dinero el resto de los países presentes en la cumbre: Belice, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Nicaragua, Panamá y España, así como la delegación que enviará la Unión Europea (UE).
Asistirán, además, empresarios de diferentes países y representantes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
Con informes de EFE