EE.UU. admite fracaso en lucha contra demanda interna de drogas

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John Kelly, secretario de Seguridad Nacional de los Estados Unidos.

El secretario de Seguridad Nacional de EE.UU., John Kelly, reconoció este jueves que su país no hace “casi nada” para acabar con la demanda interna de drogas, lo que afecta a Centroamérica, región convertida en el corredor por el que pasa gran cantidad de narcóticos para satisfacer esa demanda.

“El flujo de drogas es enteramente causado por la demanda de drogas en Estados Unidos, heroína, metanfetaminas, cocaína. La razón por la que existe un flujo de drogas es por la demanda y no hacemos casi nada sobre ello”, reconoció Kelly, un general retirado que conoce bien Latinoamérica.

“Tratamos de rehabilitar adictos y hacemos arrestos, pero hacemos muy poco en nuestro país, mi país, en EE.UU., para llegar a esa increíble demanda de drogas duras”, indicó Kelly, que agregó que la demanda de narcóticos es causa “de la desintegración de las sociedades, la falta de efectividad de la policía y muchas otras cosas” que ocurren en Centroamérica.

Kelly reiteró así la idea de que el apetito por las drogas de Estados Unidos desata la violencia en los países donde se origina o por donde pasa, un enfoque diferente al que tuvo durante años el Gobierno estadounidense, que apostó por atacar el origen de las drogas y no enfrentar el problema de la demanda interna.

En el mismo debate en el centro de estudios Atlantic Council, en Washington, la expresidenta de Costa Rica Laura Chinchilla (2010-2014) contestó a Kelly y consideró que EE.UU. tiene una “importante obligación moral” para acabar con la demanda de drogas que provoca “muchos de los problemas” que sufre la región.

Chinchilla afirmó de que la violencia puede hacer que grupos terroristas, como el Estados Islámico (EI), acaben nutriéndose de la falta de oportunidades para reclutar a nuevos miembros en el Caribe y Centroamérica, creando el peligro de que esas personas lleguen a Estados Unidos a través de la frontera con México.

“Si no hacemos algo diferente en Centroamérica, la violencia continuará en los próximos años”, sostuvo.

Durante su intervención al comienzo del debate, Kelly aprovechó para promocionar la conferencia de inversiones que celebrará en junio en Miami el Gobierno de EE.UU. junto a líderes de varios países de Latinoamérica para invitar a empresarios a invertir en los países del Triángulo Norte (El Salvador, Guatemala y Honduras).

“Queremos aumentar la concienciación para causar cambios en Centroamérica”, subrayó Kelly.

El titular de Seguridad Nacional adelantó que la conferencia incluirá a representantes de la Unión Europea (UE), Canadá, Panamá, Costa Rica y Colombia y el objetivo será buscar inversión para fortalecer la Policía, combatir la corrupción y acabar con la “terrible” violencia e intimidación del narcotráfico.

“Los colombianos son los mejores amigos y aliados que tenemos en esta región, los costarricenses, los panameños, son grandes aliados”, dijo Kelly.

Desde que asumió el cargo de secretario de Seguridad Nacional, el 20 de enero, Kelly ha mostrado que quiere colaborar con la región para frenar la inmigración irregular a Estados Unidos, pero también se ha perfilado como un hombres estricto, disciplinado y decidido a hacer cumplir las leyes migratorias del país.

“Las leyes no las hago yo, es el Congreso, si no les gusta la ley, cambien la ley. Yo no tengo otra alternativa que obedecer las leyes”, subrayó.

Kelly, encargado de la construcción del muro con México, reconoció que la mayoría de los inmigrantes que llegan a Estados Unidos son personas muy trabajadoras que buscan una vida mejor, pero que acaban trabajando jornadas muy largas por “salarios de esclavo” en empleos de baja calidad.

El Gobierno de Barack Obama (2009-2017) trató de promover la creación de oportunidades en Centroamérica con el Plan Alianza para la Prosperidad, para el que solicitó al Congreso una partida de 750 millones de dólares dentro del presupuesto para el año fiscal 2017.

Sin embargo, el presupuesto acordado esta semana en el Congreso para lo que resta de año fiscal incluye una dotación de tan solo 655 millones de ayuda para Centroamérica.