Editorial: los fantasmas que asustan al Fiscal Meléndez

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Por Eduardo Vázquez Bécker.- El Fiscal General de la República, Douglas Meléndez, aseguró el pasado viernes que está siendo víctima de una  campaña en las redes sociales con las que se busca evitar que este sea reelecto para un segundo periodo.

“Lo que me han dicho en los últimos días es que todas estas personas que están afuera y algunos que están adentro y son prófugos, están ahorita en un ataque permanente contra su servidor, contra mi persona para que no sea reelegido”.

Aunque sin mencionarlo de manera específica, el fiscal Meléndez se refirió al expresidente Carlos Mauricio Funes Cartagena, quien se encuentra en Nicaragua protegido por el gobierno del FMLN y por el de Managua desde hace un par de años, cuando Meléndez recién se estrenaba como jefe del Ministerio Público.

Funes, acusado de peculado, lavado de activos, enriquecimiento ilícito y un rosario de figuras delictivas más, escapó de caer en las manos del fiscal después que la institución llamada a realizar la investigación del delito, filtró sin ningún miramiento, información sobre el operativo que estaba llevando a cabo contra el exgobernante Funes, lo que propició que este lograra escapar a Nicaragua junto a su actual familia.

No sería extraño que, dadas las circunstancias que rodearon el “gran escape” de Funes, éste haya sido producto de un plan “compadre hablado”.

Se dijo a gritos que el expresidente estaba a punto de ser capturado; se mostraron, sin que este hubiese sido detenido, las extravagancias de sus mansiones, armas letales, cajas de seguridad con información privilegiada, camiones de mudanza trasladando el menaje de la famosa “Michi” hacia Managua, mientras la familia Funes ya estaba cenando con nacatamales y plátano frito en la tierra de Darío. La fiscalía nunca informó, como es su costumbre, cuándo y a qué horas salió del país el primer presidente “izquierdista” del país.

El fiscal, en un discurso acanalado, se refiere a los tuits de Funes desde Managua, en los que advierte a los diputados que están promocionando la reelección del fiscal, sobre los riesgos de que este no cumpla sus compromisos y al final de cuentas siempre tengan que pagar sus cuentas pendientes. Nosotros en eso no vemos una amenaza sino una advertencia digna de ser tomada en cuenta.

“Ahora he visto que un prófugo, por ejemplo, está amenazando a diputados a que no vayan a votar por la reelección de su servidor porque los está chantajeando” señaló el fiscal.

Contradictoriamente, el Fiscal Meléndez se lamenta de que una persona como Mauricio Funes sea capaz de utilizar el chantaje político. ” Imagínese hasta dónde puede llegar una persona”,  le dice al entrevistador. “Creo que eso es indebido, no debería estar sucediendo, eso es aberrante” agregó Meléndez.

¡Que poco conoce el Fiscal Meléndez a Carlos Mauricio Funes Cartagena!

En otra parte de la entrevista, el fiscal general de la República asegura que las críticas a su persona en las redes sociales, son parte de una “campaña” de ataques que provienen de personas buscadas por la justicia.

-.Esa declaración es grave señor Fiscal, porque entraña una amenaza sin precedentes a la libertad de expresión en el país.

A partir de esa afirmación, todo aquel que se atreva a criticar al fiscal en las redes sociales sería parte de una conspiración en su contra, para que no sea reelecto en el importante cargo que, para bien o para mal, ostenta Douglas Arquímides Meléndez y tenida por una persona “buscada por la justicia”.

“En estos últimos días hay un ensamblaje y una campaña directa de atacarme directamente en las redes sociales, desacreditarme, difamarme, de menoscabar mi integridad, del trabajo que hemos venido haciendo y de todo”, explicó Meléndez

Está bien que el fiscal reflexione de esa forma. Quizás de esa manera también reflexione en cuántas personas y sus familias están enfrentando ese descrédito y experimentando esa difamación, ese menoscabo a su integridad, al ser expuestas públicamente en procesos “imaginarios y ficticios”, sin fundamento jurídico, sin pruebas fehacientes, con evidente violación al principio de inocencia y sobre todo con gran irrespeto al debido proceso que rige en los estados democráticos y constitucionales.

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