Por Eduardo Vázquez Bécker.(Periodista)- El fiscal general de la República, Raúl Melara, dio una vez más,señales de que está empeñado en corregir algunas de las atrocidades que se han cometido en la Fiscalía General de la República, especialmente durante la administración del Douglas Meléndez.
Meléndez está acusado de orquestar un grupo de fiscales con mucho tiempo en la institución, de organizar un grupo de “selectos” para “armar” casos que se han vuelto mediáticos por la naturaleza de los hechos y la importancia de los imputados, con fines políticos.
Cinco días antes de entregar el cargo de fiscal, Meléndez, en un desplante sin precedentes, envío a once fiscales señalados por ser piezas importantes en la estructura criminal de Meléndez en la FGR pero, contra toda lógica jurídica, en los mismos solicitó al juez que ordenara un sobreseimiento definitivo alegando que no existían pruebas contra estos pero omitiendo elementos probatorios que demostraban que al fondo de esa estructura criminal era él mismo que figuraba. En efecto, el grupo de fiscales fue sobreseído definitivamente en agravio de la ley y la justicia salvadoreña.
El sobreseimiento definitivo consiste en una resolución judicial que declara terminado el proceso penal, respecto de una o diversas personas imputadas, con anterioridad al momento en que la sentencia definitiva tenga efecto de cosa juzgada, debido a la existencia de una causal que impide en forma concluyente continuar la persecución penal, y que produce cosa juzgada. En este caso cabe cuestionar al juez por dictar un fallo que no procedía dejando a salvo y permitiendo que escapara a los Estados Unidos de Norteamérica el ex fiscal Meléndez.
Lo más grave del asunto es que esos fiscales, aparentemente regresaron a la FGR, supuestamente a sus puestos desde donde seguirían operando con impunidad. Decimos esto porque la FGR no ha informado hasta la fecha cuál habría sido esa causal que impedía continuar con la persecución penal de esos fiscales o de las sanciones o recomendaciones impuestas a estos fiscales que fueron sobreseídos de manera sospechosa.
Estamos de acuerdo con el actual Fiscal Raul Melara, nadie está por encima de la justicia, mucho menos un fiscal, pero eso solo es un hermoso discurso que no refleja la realidad del Ministerio Público. Melara se refería a un auxiliar de la FGR que tendrá que responder ante los tribunales por un delito simple de lesiones, lo que no es una cosa extraordinaria tratándose de una infracción que puede cometer cualquier persona.
Lo extraordinario es que después que varios fiscales denunciaron ante la misma FGR, ante la Procuraduría General, que es parte del Ministerio Público, ante la Procuraduría Para la Defensa de los Humanos, que actuaron como testigos falsos para “armar” el caso “corruptela” y que sus denuncias fueran judicializadas ni el fiscal Melara ni la jueza que conoce del caso se pronuncien al respecto a pesar de que hay personas que guardan prisión y otras que están restringidas en sus derechos civiles y políticos que garantiza la constitución de la República.
Cuál es el poder que aún mantiene Douglas Meléndez dentro de la Fiscalía General de la República que no le permite al actual fiscal una limpieza total en el aparato jurisdiccional más importante del Estado ?.
Qué garantía tiene el fiscal Melara de que los fiscales denunciados, inclusive al adjunto, no estén manipulando a su antojo los casos emblemáticos que se “armaron” mientras Meléndez estuvo a cargo ?.
Mientras no se esclarezcan esta situaciones y se hable de ellas claramente, la frase de “nadie está por encima de la Ley y menos aquellos que estamos llamados a garantizar su cumplimiento” no dejará de ser solo una frase para adormecer a la ciudadanía.
Raul Melara no tiene la culpa de las atrocidades que han venido ocurriendo en la Fiscalía General de la república; así que no debe temer que se “caigan” los casos sobre los que su antecesor organizó su campaña reeleccionaria. Los casos no se “caen”, simplemente no prosperan por la ineficiencia o mala fe de sus gestores.
Cualquier escándalo que gente interesada promueva porque la FGR cumpla con sus propósitos de evitar injusticias y hacer prevalecer la ley, el derecho y la justicia, siempre será menor que el daño causado a gente inocente.
El Fiscal Raul Melara ya tiene ocho meses de estar a cargo de la institución más importante para el ejercicio de la democracia institucional y el respeto al debido respeto. Ya es hora de que cambie ese pequeño e invisible escudo en el edificio central, por otro de grandes dimensiones que permita a la ciudadanía saber que en El Salvador existe una Fiscalía General de la República, que cumple a cabalidad con las obligaciones y los derechos que le confiere la constitución de la república. ´